El candidato por el PSI a la presidencia municipal de Puebla, Víctor Gabriel Chedraui aseguró que los partidos tradicionales ya se agotaron.

Por: Mario Galeana

Víctor Gabriel Chedraui tuvo 23 años para conocer al PRI. Llegó al partido en una época cuando la cita en las urnas era acaso un trámite y la única elección que importaba era interna. Trabajó con Manuel Bartlett, con Melquiades Morales, con Mario Marín, con Enrique Doger. Con todos. Ocupó una docena de cargos públicos y partidistas. Tuvo, como dije, 23 años para conocer al PRI: sus cañerías, sus estrategias, su poder de movilización electoral.

Pero, incluso así, la mañana del miércoles me dice que la “verdadera” maquinaria electoral no es de partidos, es ciudadana.

—Yo no me voy a enfrentar con nadie. No es ‘a pesar del PRI’. Es con el PRI… Pero también con Morena, con todos los partidos que coincidan en que se debe gobernar de una manera distinta. Y sobre todo con la ciudadanía. Bienvenidos.

Chedraui intenta despojarse del traje de hombre del sistema que ocupó por dos décadas. La palabra que más le escucharé decir a lo largo de 30 minutos de entrevista será “ciudadanía”, aun cuando su nuevo proyecto como candidato a la alcaldía de Puebla sea, precisamente, arropado por un partido: Pacto Social de Integración (PSI).

El proyecto: un gobierno municipal descentralizado

La candidatura por la capital del estado fue algo que buscó por años. Pero hay algo que Chedraui no tenía hasta ahora: una radiografía de las características de 77 distintas zonas de la ciudad.

Él los llama polígonos y habla de descentralizar al Ayuntamiento de Puebla hasta cada uno de ellos en un programa gubernamental que equipara a la medicina:

—Hemos realizado un análisis sobre estos 77 polígonos. Sabemos la ocupación del suelo, vivienda, densidad poblacional, cuántos planteles hay, vialidades, nivel de inseguridad, casas de salud, personas con discapacidad. No se puede decir simplemente que Puebla “es una ciudad insegura”. Hay que saber en dónde hay más inseguridad o menos inseguridad. Qué tan enferma está. No podemos hacer un diagnóstico y dar la misma medicina a todas las zonas. Cada lugar tiene su medicamento. Algunos sólo requieren aspirinas, pero en otros hay que meter radiaciones.

Me dice. Y, antes de que pueda preguntar cualquier otra cosa, continúa:

—Hay medicinas que debemos darle a todo el municipio. El deporte, por ejemplo, es algo que queremos hacer en estos 77 polígonos. Pero en cada uno de ellos se prefieren deportes distintos; en algunos es el beisbol, en otros el futbol. Lo que queremos es hacer torneos en cada polígono, y luego uno a nivel general. Buscar a los mejores deportistas. Queremos hacer de Puebla la ciudad del deporte y la cultura.

—¿Y cuál cree usted que es la principal problemática de la ciudad?

—Insisto: depende del polígono. Hay algunos donde no hay tanta inseguridad, pero sí pobreza y marginación. No podemos generalizar. Te diría, por ejemplo, qué haríamos en San Miguel Canoa: podríamos convertirlo en un verdadero lugar turístico, en un pequeño Cuetzalan. Me explico: casi todas las casas tienen un temazcal. Podríamos convertirlo en eso, en una ruta del temazcal. Tenemos La Libertad, donde está el volcán más pequeño del mundo, el Cuexcomate. ¿Quién lo conoce? Hay personas jóvenes que viven en el sur y que nunca lo han ido a ver. Y hay gente en la parte norte que tampoco ha ido al lago de Valsequillo. Es real.

Al PRI, ninguna crítica

—El éxito de su proyecto depende en buena medida de los errores de sus contrincantes —digo, pero Chedraui ya menea la cabeza de un lado a otro antes de que termine—, ¿qué opina de Eduardo Rivera y Guillermo Deloya?

—Los dos son mis amigos, los conozco desde hace mucho tiempo y lo único que puedo hacer es desearles suerte.

—Pero usted enfrenta a dos de las maquinarias electorales más grandes del estado…

—Pues mira, la verdadera maquinaria electoral es la ciudadana, más que la de los partidos. No voy a enfrentar a nadie.

—¿Y al PRI?

—Lo único que le tengo al PRI es mi agradecimiento. Finalmente ahí me formé políticamente. Yo les agradezco pero, como en todo, llega un ciclo que termina. No tengo nada que reclamar (…) Yo no me acerqué al partido para buscar ser candidato a la presidencia municipal. Tomé la decisión por una convicción personal. Estoy convencido —y el resto de la ciudadanía también— de que los partidos tradicionales ya se agotaron.

—¿Hará campaña con Martha Erika? Finalmente el PSI va en alianza con el PAN al gobierno…

—No sé todavía cuáles sean los planteamientos que haga el partido. No sé si a mi candidatura se sume otro partido, lo desconozco. Pero lo que queremos es sumar lo más que se pueda para poder lograr un triunfo.

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