Por: Guadalupe Juárez
Foto: Ángel Flores / Agencia Es Imagen
Cuando José Antonio Gali Fayad anunció que dejaba el Cabildo se le hizo un nudo en la garganta.
Las lágrimas se asomaron y la nostalgia invadió el Palacio Municipal.
A dos años de distancia y bajo la investidura de gobernador, no hay más que sonrisas y hasta carcajadas.
Son poco más de las 9:00 de la mañana y al estrechar la mano de su sucesor, Luis Banck Serrato, antes que un "Buenos días" le dice "Lo has hecho bien".
El alcalde sólo alcanza a dedicar una amplia sonrisa.
Luego, ambos se fundirán en un abrazo y encabezarán la sesión solemne del Cabildo, como parte del cuarto informe de la administración 2014-2018, atípica por rebasar los tres años de gestión, cuatro divididos entre dos ediles.
"Bienvenido a tu casa, gobernador", inicia el edil de Puebla capital.
Cuando Luis Banck Serrato encabezó su primera sesión de Cabildo hace dos años entrelazaba sus dedos con nerviosismo y aún no dominaba el protocolo de un acto de este tipo.
Pero hoy, en su segunda glosa, se adueña del Salón de Cabildo y como parte de su sello hace frente a las principales críticas de los integrantes del cuerpo edilicio: la inseguridad.
Aquí, donde hace un año también expuso que había un problema con el ambulantaje —casi imposible de solucionar— ahora acepta un aumento del 4% de la inseguridad en la ciudad.
Y aún más: los tropiezos a los que se ha enfrentado con el Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Gali Fayad, en su intervención, reconocerá que Banck ha conservado los programas y logros que él implementó como presidente municipal.
Al final prometerá su apoyo para los meses que restan. El fin de la administración, el del Ayuntamiento de Gali y Banck.
