Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo
Mal, muy mal se vieron los líderes de los partidos PRI, Morena y PSI, Jorge Estefan Chidiac, Gabriel Biestro Medinilla y Carlos Navarro, respectivamente, al colocarse en el primer lugar de la lista de aspirantes a diputados locales por parte de sus diferentes institutos políticos.
Y es que el mensaje que mandan estos tres personajes es que a ellos les importa poco lo que ocurra con su partido, si gana o pierde les da lo mismo, lo trascendente es que estarán en la próxima legislatura pase lo que pase.
Chidiac, Biestro y Navarro envían un pésimo comunicado a la militancia de sus respectivos partidos, pues no importa que el barco se hunda, ellos ya tienen su bote salvavidas.
Estos tres “líderes” se asemejan al capitán del barco, el Costa Concordia, el cual navegaba cerca de la isla toscana de Giglio, cuando encalló contra una barrera de arrecifes y se hundió en la negra noche italiana.
En medio de la confusión y el caos provocado por esta tragedia, el capitán de la nave, Francesco Schettino, fue el primero en abandonar el barco, dejando a la tripulación y a los pasajeros a su suerte, mientras él se iba a la costa a bordo de un bote salvavidas. En esta tragedia murieron 32 personas.
Sirva la presente alegoría para ejemplificar lo que Estefan, Biestro y Navarro hacen con su militancia, la abandonan a mitad de la noche, en medio del mar y ellos se van tranquilos y seguros.
Estefan es sin duda un hombre brillante, sin embargo, como dirigente del PRI ha dejado mucho que desear, no sólo se quedó con el primer lugar de la pluri local, sino también gracias a su amistad con el candidato del PRI a Los Pinos, José Antonio Meade, se apoderó del octavo lugar en la lista de candidatos al Senado por el principio de representación proporcional, lo que le asegura su llegada a la Cámara alta.
A su vez, Biestro demuestra que Morena es más de lo mismo, al menos en Puebla, que no es un partido diferente, pues al igual que ocurre en el tricolor, el dirigente estatal se apartó su lugar para ser diputado local y “casualmente” se colocó en el primer lugar de la lista para que no haya dudas de su llegada.
Pésimo mensaje del líder estatal de Morena, quien ahora no puede señalar que su partido o él sean diferentes a los demás cuando se puso a la cabeza de las plurinominales, esos diputados que ya deben desaparecer porque no existe motivo alguno para que lleguen al Poder Legislativo sin hacer campaña.
Carlos Navarro es sin duda un caso muy especial, y aparte. En 2007, de la mano de Javier López Zavala, en ese entonces coordinador General de la campaña del PRI, vio nacer al entonces partido de corte estatal, Esperanza Ciudadana, (PEC), el cual fue bautizado como PEZ (Esperanza Zavalista).
Fueron nulos los resultados que entregó esta fuerza política, la cual perdió su registro.
Una nueva reforma electoral, realizada en 2011, creó en Puebla la figura de las candidaturas comunes y abrió la puerta al PSI, partido que en 2013 recibió de nueva cuenta su registro de corte estatal y en la elección local de ese año, de la mano ahora de Rafael Moreno Valle, mostró toda su efectividad al inclinar la balanza en al menos 30 municipios y seis diputaciones locales.
Navarro se hizo de la confianza de Moreno Valle, quien armó aún más la estructura de este minipartido al entregarle como premio una regiduría a la hija del dirigente estatal del PSI, Nadia, quien desde ahí se ganó la confianza del entonces presidente municipal Tony Gali, quien llevó como aliado a este partido en la elección local de 2016, cuando obtuvo el triunfo sobre la priista Blanca Alcalá.
Por sus servicios prestados, Nadia Navarro fue designada titular del Instituto Poblano de la Mujer, un verdadero exceso para alguien que nunca, ni remotamente, se había distinguido por defender los derechos de su sexo.
Pero ahora, en una decisión totalmente absurda, Navarro fue designada candidata al Senado de la República, encabezando la fórmula del PAN, y su padre se asignó el primer lugar en la lista de candidatos a diputados locales de su propio partido, qué chulada.
Esto, más la designación del candidato a presidente municipal de Quecholac, en la persona de Alejandro Martínez Fuentes, hermano de Antonio Martínez, mejor conocido como El Toñín, líder huachicolero de la zona, debe de ser un llamado de atención sobre los excesos que Carlos Navarro hace y si realmente resulta ser un valioso aliado para sus amigos o un verdadero lastre.
