Por: Arturo Loyola González* / @ARTUROLOYOLAGLZ
En estricta lógica, no se podría esperar que actúen diferente cuando son lo mismo: Andrés Manuel López Obrador se formó como político en el PRI y actúa como priista; el PRI y AMLO están unidos en la desfachatez por la impunidad: el soporte principal del régimen político actual.
Por eso no es extraño que primero Andrés Manuel, a cambio de votos, haya ofrecido amnistía para los delincuentes que han dañado a la sociedad y que ahora Enrique Peña Nieto, a través de la PGR, esté dando amnistía a los exgobernadores y funcionarios corruptos, como el exgobernador de Chihuahua César Duarte y Emilio Lozoya exdirector de PEMEX, quienes robaron a manos llenas el dinero público, para sus bolsillos y para las campañas de PRI.
El gobierno de Peña Nieto, en su intento por disfrazar los hechos, define su desfachatez como el no ejercer acción penal por parte de la PGR; mientras que Andrés Manuel, le llama a su desfachatez amnistía y perdón. Los dos promueven y prometen lo mismo: impunidad para quienes transfieran recursos públicos a las campañas de PRI e impunidad para los corruptos que le acarren votos a Andrés Manuel.
Este proceso electoral ha servido para que Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador se muestren como lo que realmente son: lo mismo. Unidos por el PRI para servir a ese partido y servirse ellos mismos desde el PRI. Ambos tienen un pacto de impunidad: la principal causa de corrupción en el sistema político mexicano.
Lo describió con mucha claridad Jesús Silva-Herzog Márquez, el 5 de febrero de 2018 en su artículo AMLO 3.0 del diario Reforma y retomado por otros medios:
“Si en el escenario nacional destaca un político pragmático, si resalta un político sin nervio ideológico ni criterio ético para entablar alianzas, ese es el candidato de Morena. Su política no es nueva. La conocemos en México como priismo. López Obrador ha vuelto a sus orígenes: ha fundado un partido con la ambición de recoger a todos los ambiciosos, un partido en el que las ideas no importan. Ha fundado un partido para que la política no castigue a nadie”.
Tanto de dicho como de hecho, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador son lo mismo; el PRI y MORENA son el “PRIMOR” del momento, en este proceso electoral. Los dos son uno mismo: desfachatez y pacto por la impunidad y la corrupción. Eso que ellos llaman amnistía o la no acción penal de la PGR.
*Arturo Loyola es consejero nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD)
