La visión de la Ley Eukid
Algo que no debe pasar desapercibido es que la reforma que aumenta las penas contra los huachicoleros, la cual fue promovida por el diputado federal Eukid Castañón, en realidad es una apuesta que tuvo su origen en Rafael Moreno Valle, quien visualizó la necesidad de impulsar una iniciativa que combatiera el crimen organizado que operaba en todo el cinturón del robo de combustible. En su último informe de labores, el ex gobernador resaltó que los chupaductos gozaban de impunidad por los vacíos legales y, en consecuencia, pidió a los diputados corregir y actualizar el Código Penal.
Barbosa y la traición
Al escudriñar la carrera política de Miguel Barbosa, un elemento siempre salta a la vista: la traición. Con olfato digno de reconocer, el candidato de Morena ha detectado y utilizado cada posibilidad para ascender por la política sin necesidad de recibir un solo voto. “La democracia está sobrevalorada”, dice Frank Underwoord, y Barbosa Huerta podría agregar que la lealtad también. Primero usó a Jorge Méndez para apoderarse del PRD poblano, luego a Los Chuchos para conseguir el control del Senado, y hay quien se pregunta cuánto tardará en hacer lo mismo con Andrés Manuel López Obrador. ¿Será?
El temor de Armenta
Algo que resalta es la resistencia de Alejandro Armenta para presentar su declaración patrimonial, de intereses y fiscal. Cada vez que se lo preguntan, el ex priista convertido a morenista hace gestos e inventa cualquier excusa para justificar su decisión de ocultar sus bienes. Ha dicho que la Fiscalía le inventará otras posesiones, o que ya la presentó, o que si no aparece es culpa del Imco. Son los mismos argumentos que dio en 2016, cuando fue jefe de campaña del PRI. Pero sus dichos son cada vez más insostenibles. ¿Será?
Los fantasmas del PRI
¿Usted ha visto a los candidatos a diputados federales y senadores del PRI? Nosotros tampoco. Son los fantasmas de las campañas de 2018: nadie los ve y sólo algunos los escuchan, como en una especie de rumor lejano. Esta debe ser la peor campaña que hayan tenido en la historia reciente de Puebla. No sólo han perdido a sus principales operadores, sino hasta a sus padrinos. Y si no, pregúntenle a Mario Marín, que anda más metido en Morena que en el partido que lo crió, lo educó y lo llevó al poder. ¿Será?
