Sin Derecho de Réplica

Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE

 

Aquel que por un momento creyó que Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya serían rivales a muerte, después de que el segundo le arrebató la candidatura presidencial al primero, se equivocó.

Hoy su complicidad está más fuerte que siempre.

Por esta razón, El Joven Maravilla vuelve a pisar suelo poblano, visitando nada menos que cinco municipios: San Martín Texmelucan, Tepeaca, Atlixco, San Andrés Cholula y Puebla.

El candidato de Por México al Frente (PAN-PRD-MC) hará este miércoles una ardua gira proselitista en las demarcaciones que son consideradas clave dentro del territorio poblano; lo anterior, a cinco días de que inicien las campañas locales para renovar la gubernatura, el Congreso local y los 217 ayuntamientos.

Y por si fuera poco, el domingo en el arranque de la campaña de Martha Erika Alonso Hidalgo, Anaya volverá a pisar suelo poblano, en el municipio de Tecamachalco.

¿A qué se debe esta presencia permanente en la entidad?

Pues a que el acuerdo con el morenovallismo, esta vez sí lo cumplirá a cabalidad y no permitirá que Morena haga ganador a Luis Miguel Barbosa.

Este es el resultado del debate presidencial del pasado domingo, donde Anaya fue el principal ganador, de tal manera que afianzado en el segundo lugar, busca reforzar su estrategia y porque además sabe que si llega a ganar la Presidencia, necesitará que los estados se pinten también de azul, amarillo y naranja.

El morenogalismo va con todo y no escatimarán esfuerzos, ni recursos, ni tiempo para hacer ganar a Alonso Hidalgo para así continuar gobernando la entidad poblana por seis años más.

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La semana pasada conversé con Luis Miguel Barbosa, candidato a la gubernatura por la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES) y esta semana con la candidata a la alcaldía Claudia Rivera, de la misma alianza.

En ambos se observan señales de una confianza desmedida; no les queda duda de que ganarán los comicios el próximo 1 de julio.

Por eso, Barbosa camina, respira y habla ya como gobernador, al igual que Rivera Vivanco se ve como alcaldesa de la capital.

Lo cierto es que la campaña local aun no empieza y les quedan dos meses de profundo trabajo, y su principal tarea será convencer a la ciudadanía si representan o no la mejor opción y no sólo dejarse llevar por la ola que representa Andrés Manuel López Obrador, tomando en cuenta que el pasado domingo no quedó muy bien parado que digamos, evadiendo cuestionamientos y ofreciendo un discurso añejo, que poco ha cambiado desde la primer campaña presidencial: 2005.

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El priismo poblano se encuentra preocupado.

Le han dejado de creer a sus asesores, quienes les han vendido espejitos, que su estrategia de campaña, a menos de una semana de arrancarla, va por buen camino.

 

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