Sin Derecho de Réplica

Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE

 

La lucha por la capital poblana es determinante en una elección.

Por eso la definición de un buen perfil para la Presidencia Municipal de Puebla es prácticamente medio gol para garantizarle el triunfo al candidato o candidata al gobierno del estado.

En este sentido, cobra gran relevancia la estrategia que Guillermo Deloya, Eduardo Rivera, Paola Migoya, Claudia Rivera, Víctor Gabriel Chedraui y Gonzalo Juárez adopten en los dos meses que tienen para su campaña.

Como pasa con la pelea por Casa Puebla, la lucha por la oficina conocida como el Charlie Hall se reduce a dos grupos: Por Puebla al Frente (PAN-PRD-MC) y Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES).

Ambos de apellido Rivera son los candidatos con más probabilidades de ganar, Eduardo por el capital político con el que cuenta y Claudia por lo que representa la marca Morena.

Eduardo con amplia experiencia en la administración pública y Claudia apenas “aprendiendo”, como ella misma lo ha expresado.

Eduardo con una fórmula a la gubernatura (Martha Erika) que es respaldada por algunos sectores y rechazada por otros; Claudia con una fórmula (Miguel Barbosa) desconocido por la mayoría, pero trepado en la ola del lopezobradorismo.

Eduardo con una estrategia que se basará en presumir sus logros cuando ya ocupó el cargo que hoy vuelve a disputar; Claudia buscará ganar a toda costa porque no tiene nada que perder.

Eduardo con un equipo creativo tradicional para los mensajes de campaña; Claudia con un grupo innovador, lo cual queda plasmado en los spots lanzados en medios tradicionales y digitales.

El resto de los contendientes sólo dividirán el voto: Guillermo Deloya y Paola Migoya, a favor del morenismo, mientras que Víctor Gabriel Chedraui y Gonzalo Juárez a favor del panismo.

Las acciones que realicen serán definitorias y las alianzas que concreten serán determinantes en una lucha en que ganar o perder depende en gran medida del triunfo de quienes buscan ser la o el sucesor de Tony Gali.

Así, la codependencia entre el candidato presidencial, al gobierno del estado y al Ayuntamiento capitalino no debe minimizarse.

Cada eslabón puede llevar al fracaso o al éxito. Todos dependen de todos.

 

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