Claudia Rivera Vivanco asegura que su candidatura no fue un dedazo. En entrevista habla de todo: de su ingreso a morena, de su carrera, de sus rivales, de los errores de su partido y sobre Eduardo Rivera Pérez
Por: Mario Galeana / @MarioGaleana_
Esta entrevista podría iniciar así:
Claudia Rivera Vivanco se opuso a que Morena se constituyera como partido político. Ella prefería que Movimiento Regeneración Nacional permaneciera como un movimiento social alejado de la partidocracia, de las prerrogativas, de las cuotas de poder. En ese entonces tenía 23 años. Ahora tiene 31 y es candidata de Morena a la alcaldía. No deja de decir que es una ciudadana más y sonríe hasta lo tolerable cada vez que el fotógrafo que nos acompaña lanza un disparo. Se ha acostumbrado a la partidocracia, aunque insiste en que Morena hace “una política distinta”. También se ha acostumbrado a las cuotas de poder: no conoció a los regidores que los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES) fincaron en su planilla, sino hasta después de su registro ante el Instituto Electoral del Estado (IEE).
O así:
Claudia Rivera Vivanco cree que ella es la rival a vencer. Celebra que por primera vez la presidencia municipal de Puebla se dispute entre tantos candidatos —¡siete, siete!—, pero asegura que todos, salvo ella, provienen “de una dinámica de la política que como sociedad no queremos”. Cuando le pregunto por Eduardo Rivera Pérez, su rival en la alianza PAN-PRD-MC, dice que “lamenta” su participación por tres cosas: porque “no es auténtica”, porque “dejó que lo secuestraran como ser humano” y porque “no ha dejado de pertenecerle a un sistema que primero lo persiguió y después parece que lo perdonó”.
O así:
Claudia Rivera Vivanco asegura que su candidatura no fue un dedazo. Cree que la decisión de Morena de someter a encuestas la designación de candidatos puso en desventaja a sus compañeros militantes —aquellos que volantearon, que recorrieron casa por casa—, frente a la opulencia de otros políticos que han podido invertir en su propia propaganda a lo largo de años. Incluso así, defiende que la encuesta que la benefició se mantenga oculta. Niega que le haya prometido a Violeta Lagunes Viveros la tercera posición en su planilla de regidores, y cree que si la ex panista rompió con ella a causa de esto, entonces no creía en su triunfo.
O podría empezar por el principio:
Claudia Rivera Vivanco arriba a la redacción de 24 Horas Puebla al mediodía del 27 de marzo. La acompañan dos colaboradores. En una hora hablaremos de todo. De su ingreso a Morena, de su carrera, de la amonestación que recibió siendo funcionaria del Inegi por una denuncia de hostigamiento sexual que presentó en contra de un colaborador, de sus rivales, de los errores de su partido.
¿En qué momento decides participar en la política del país?
Empiezo a involucrarme en este escenario político desde que Morena se convierte en partido. Nuestra formación familiar siempre fue que debíamos pronunciarnos si veíamos una injusticia. Yo empecé a raíz del desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Mi mamá nos llevó a una marcha en la Ciudad de México y es ahí donde todo cambia…
¿Tenías… 24, 25 años?
Más o menos 22 o 23. Ahí es cuando cambia la manera en la que interpreto lo que veo, por lo que ves en los medios, lo que platicas con maestros; yo todavía estaba en Economía. Empezamos a participar, se hace una agrupación muy grande y se conforma la Convención Nacional Democrática, después el Gobierno Legítimo (de López Obrador), después el Movimiento Regeneración Nacional y finalmente el registro como partido político consolidado. De manera personal lo siento como un proyecto que llevó sus años de maduración y gestión para ser posible, para ser ese traje hecho a la medida de las necesidades de México.
Constituido Morena, ¿cómo es que obtienes el nombramiento de secretaria de Diversidad Sexual en Puebla?
Bueno, cuando se crea el Movimiento Regeneración Nacional hay una asamblea donde se aplica una votación para saber cuántas personas quieren que siga siendo un movimiento social y quiénes un partido político. Yo voté porque siguiera siendo un movimiento social. Por esta concepción de la política, de que no estás de acuerdo con la política que te has acostumbrado a vivir, la única que conoces. Se consigue el registro. Yo estuve en defensa del voto durante 2012, después en 2015 y 2016 me corresponde entrar al Comité Ejecutivo Estatal. Tomé la decisión de participar y obtuve una buena votación para ser uno de los 10 coordinadores de distrito federal. Tuvimos una primera asamblea del Consejo Estatal, donde se proponen a las presidencias del comité. A mí me propusieron para la Secretaría de Comunicación, pero decliné porque no tenía interés en participar. Sin embargo, cuando se nombra la Secretaría de Diversidad Sexual, noto que todavía hay alguna falta de información para trabajarlo y aterrizarlo, y el tema de género es algo que venía trabajando desde hace mucho tiempo. Esa es mi causa social. Esa es la causa de mis diferentes ámbitos de desarrollo (…) Y como era mi tema, me auto propongo, y durante las votaciones gano por unanimidad esa secretaría

Hubo seis aspirantes para la candidatura de Morena a la alcaldía, pero al menos dos decidieron romper con el partido y cuestionaron la legitimidad del método de designación, la encuesta. ¿Qué crees que ocurrió?
Supimos que… digo, respeto la decisión de cada quien, porque también eso debe ser terrible: estar atrapado u obligado en algún lugar o secuestrado por algún sector que te dijo que tienes que estar ahí. Eso me parece que no tiene que ser. Sin embargo, respeto a quienes decidan aceptar ese tipo de prácticas bajo su derecho natural de elección. Pero sí demostraron algunas personas, no sólo las que estuvieron conmigo en ese proceso sino en los diferentes niveles de participación, que la aspiración no es legítima, o que era un interés personal (…) Antes de que nos mostraran los resultados, tuvimos la oportunidad de dar una rueda de prensa, juntas, para reiterar el compromiso por un proyecto.
Si no les mostraron toda la encuesta, con cada variable y factor, ¿cuál crees que fue el elemento que influyó en tu designación?
O sea… no, no las conocimos… pero… no nos enseñaron la encuesta, pero además es que eso queda muy claro: es una estrategia interna, tampoco tenía que ser pública. No había una obligatoriedad, todas las personas que decidimos participar en este proceso lo hicimos bajo nuestra propia libertad, y aceptamos ser respetuosas de los criterios que eligiera la Comisión Nacional de Elecciones. Todas manteníamos el mismo porcentaje de conocimiento en la ciudad, digo, lo que más me posiciona a mí es la aceptación no solamente con la militancia, sino con grupos de fuera que están en esta dinámica de hartazgo de política tradicional, entonces le apuestan a un perfil más ciudadano, o un perfil con el que se identifican.
Sin embargo, hasta entonces se percibía cierta molestia entre las bases del partido, pues las candidaturas habían sido entregadas a personajes externos. En tu caso, eres militante de base. ¿Crees que tu designación pudo ser una suerte de reconciliación con las bases?
No, mira, la dinámica de la encuesta se volvió injusta para muchos de nuestros perfiles. Porque al interior de las bases hay buenos perfiles, pero cuando los lanzas a la encuesta, obviamente quienes ya hayan invertido más están mejor posicionados. Además, socialmente, el trabajo que haces en (las) calles como que no interesa; no ha interesado a los medios, no ha interesado comentarlo. Ante ese escenario, se vuelve un poco inequitativa la contienda. Sin embargo, quienes participaron, por ejemplo, en el caso de Barbosa, siguen trabajando, porque sabemos que el proyecto va más allá. Y nos corresponde vigilar que los que están entrando respeten y den garantía de la esencia, de los estatutos y principios del partido. Creo que en mi caso me dieron tanto las cifras como el escenario para ser la candidata. Pero no se trata de un premio de consolación, es un reconocimiento al esfuerzo, a que hemos sido disciplinados y respetuosos.

“Varias veces se dio a conocer que la candidata sería Paola (Migoya Velázquez), o Rosa (Márquez Cabrera), o Violeta (Lagunes Viveros), pero fue una dinámica de empresas y estrategias de publicidad que algunas echaron a andar. Lo supimos en el caso de Paola, quien contrató (a una empresa) y dio a conocer cifras. Entonces, compartir desinformación también es un proceso contra el cual deberíamos luchar para reivindicar este tejido social”.

Precisamente algunos atribuyeron a Paola Migoya una serie de correos donde se afirmaba que habías sido inhabilitada cuando trabajabas en el Inegi. ¿Es verdad?
No, jamás he estado inhabilitada (sonríe), no, no, no. Y toda mi información como servidora pública sigue siendo pública, es algo que se puede investigar. Creo que fue parte de esta estrategia de campaña negra, y digo que sólo empiezas a hacer este tipo de cosas cuando te preocupa que una persona pueda ser (…) Hay un expediente, pero es sólo (una) amonestación. Es decir, una recomendación para hacer un procedimiento de una forma distinta. Fue una respuesta que me dieron ante una demanda de acoso laboral y sexual que presenté. Entonces se volvió parte de la contra respuesta para que dejara de hacerlo. Pero tenía que hacerlo porque, aunque te amenacen… digo, a mí me cuesta eso, una amonestación, pero hay otras personas que les cuesta más caro, el trabajo, y a algunas otras, la vida.
Violeta Lagunes asegura que rompió con el partido porque le prometieron el tercer lugar de tu planilla. ¿Hubo un acuerdo con ella?
Yo no tuve ningún acuerdo con ella. De hecho, cuando nos reunieron para darnos los resultados, les dijeron que el hecho de haber participado en el proceso no obligaba ni daba de facto que tuvieran una posición en la planilla. Pero que el compromiso y la convicción ellas la tendrían que demostrar sumando al proyecto. Así fue. Salvo ella. Digo, si estaba en la planilla importa poco que estés en las primeras posiciones o en las últimas, si estás pensando en que tenemos que ganar; pero cuando le apuestas a perder, cuando apuestas a un escenario en el que harás todo lo posible para que se pierda, pues entonces claro que te preocupa la posición, ¿verdad?
¿Estás contenta con la conformación de la planilla?
Sí, estoy contenta. Algunas de esas personas están en la misma dinámica que yo, que han hecho mucha lucha, que han estado en el activismo social, pero como ese activismo no tiene reflectores, son desconocidos o desconocidas.
Por ejemplo, Rosa Gabriel Núñez Rodríguez es la quinta posición; no hay registro absolutamente de nada sobre su labor. ¿Quién es?
Es… —mira hacia sus dos colaboradores. “¿Es Isabel, no?”, le pregunta a uno. Finalmente responde— ¡Ah!, ella viene de organizaciones sindicales de comerciantes en Puebla.
Se perciben cuotas de partidos. Por ejemplo, en la tercera…
En la tercera y en la sexta, les correspondieron al PES y al PT hacer sus propuestas.
…María Isabel Cortés Santiago, quien es esposa de Raúl Barranco, dirigente del PES. ¿No te inconforman estas imposiciones de la planilla? ¿No te molesta el hecho de que no hayas podido elegir el equipo con el que trabajarías en caso de ganar las elecciones?
Mira, hubo un acuerdo político nacional. En ella, 50% es para Morena, 25% al PT y 25% al PES. En el caso de este acuerdo político para el Ayuntamiento, como son externas la posición 3 y la posición 6, se decidió que le quedara una al PES y otra al PT, y ahí la decisión la tomaron los dirigentes, bajo el común acuerdo con todo su partido. Ahí desconozco cuáles sean sus mecanismos de elección; los de Morena los conozco, deben ser mediante asamblea. En el caso de ellos los desconozco, pero acepto respetuosa. Pienso que si se equivocan pues tendrán que dar la cara ellos mismos. Pero no creo que ocurra ese escenario, ahora que tuve la oportunidad de platicar con ella y con él (porque es una mujer del PES y un hombre del PT), vi que tienen la voluntad de trabajar, de compartir este proyecto.
Pero este proyecto ha provocado divisiones. Un grupo en el PES, la ultraderecha, renunció al partido debido a que se oponían a que tú y Barbosa promovieran la igualdad de derechos, el matrimonio gay, el acceso al aborto. ¿Cómo crees que en campaña puedan conciliarse estas diferencias, y más aún en el ejercicio de gobierno?
Bueno, aquí… primero, pasa lo que te comenté al principio. Que las personas tienen derecho a decidir dónde se sienten cómodas y dónde quieren participar (…) Por otro lado, salió a dar una declaración el presidente estatal del PES para decir que las personas que salieron a disentir no pertenecen al partido. Digo, no importa si pertenecen o no, pero también esa dinámica de desinformar es algo que se debe anular. Hasta el momento, veo que está bien (la alianza) porque ellos van a tener la oportunidad de conocer este programa, y de por qué las izquierdas han criticado toda forma de desigualdad, de abuso (…) Entonces, si en algún momento se quieren coartar, acotar, segmentar, o menoscabar los derechos, nos manifestaremos.
¿Qué opinas de los otros candidatos a la capital? ¿Quién crees que es el rival a vencer?
El rival a vencer voy a ser yo. Pero en el escenario, a mí me gusta y aplaudo la participación, porque es la primera vez que hay tantos candidatos, tres hombres y tres mujeres. Yo le estoy apostando a una contienda limpia, sin denostaciones, un fair play en materia de participación política. Y bueno, el Proyecto de Nación tiene mucho que ofrecer, que entregar, y lo irá viendo la gente cuando podamos decir nuestras propuestas.
¿Cómo ves a Eduardo Rivera?
(Risas) Mira, lo que lamento de su participación…
…lo invitaron a Morena, por cierto.
No sé, fíjate, no sé si lo invitaron. Pero lo que lamento de su participación es que haya permitido ser secuestrado por un grupo. Que su decisión no sea auténtica, que haya permitido que lo secuestraran como ser humano, y que ahora le pertenezca o que no haya dejado de pertenecerle a un sistema, un sistema que primero lo persiguió, después parece que lo perdona, después parece que otra vez va, y ahora resulta que hay división y que no lo van a apoyar. Me parece aún más desgastante, poco creíble, y el proceso que termina atravesando, de no poder terminar de transparentar su inhabilitación, y que él acepte que lo perdonen pues con qué cara te enfrentas a la gente después de ser cómplice de ese sistema.
Entonces no poder tomar una postura, no poder ser una persona libre, proyecta lo que va a ser un gobierno, un gobierno que va a ser comprado, o que estaría secuestrado, corrompido, que no le va a dar certeza a la sociedad. Le va a dar certeza sólo al grupo al que le pertenezca.
¿Tienes alguna crítica a Morena?
¡Sí! Todo es perfectible (…) La manera en la que tiene que fluir la información, reducir los tiempos. A mí me pasó que no pude participar en la precampaña por los tiempos. Sin embargo, era el tiempo necesario para que el proceso madurara. Son elementos que se deben evaluar, creo que se pudieron hacer mejor algunas cosas.


