Guillermo Deloya, candidato a la alcaldía capitalina por el tricolor, habla de los obstáculos con los que se enfrenta, como la caída libre en las preferencias y la credibilidad de su partido a nivel nacional
Por: Osvaldo Valencia / @Osva_Valencia
Fotos: José Castañares
Aunque han pasado ocho años desde que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dejó la gubernatura y alcaldía de la capital del estado con la losa del Góber precioso, la militancia tricolor asegura que la sombra del pasado de Mario Marín Torres ya no es tema para atacar al tricolor.
Así lo considera Guillermo Deloya Cobián, candidato a la presidencia municipal de Puebla y ex secretario particular de Marín Torres, quien para llegar a esta posición –dijo– tuvo que dejar pasar dos oportunidades: en 2008, cuando guardó sus aspiraciones para que Blanca Alcalá llegara al Charlie Hall, y la segunda en 2010, elección en la que el tricolor apostó por Mario Montero Serrano.
En entrevista con esta casa editorial, el candidato a la alcaldía capitalina también habla de otro obstáculo con el que se enfrenta: la caída libre en las preferencias y credibilidad de su partido a nivel nacional, los conflictos que han surgido en su planilla de regidores, así como el diagnóstico de la ciudad que pretende gobernar.
¿Considera que el nombre de Mario Marín Torres ya no es arma de ataque?
Ya no es tema. Ya está suficientemente discutido y si ese es un argumento de ataque, que le busquen otro porque ya no es tema.
¿Cree que cualquier ataque utilizando esa administración, ese nombre, esté pasado...?
“Sería desviar la atención de cosas que verdaderamente son importantes. Quisiera saber cómo explicamos que nos encontramos en el segundo lugar de pobreza como municipio; eso se lo debemos a las autoridades actuales”, revira el priista para cerrar el tema.
Los priistas de Puebla tienen claro que hay culpables de que estén anclados en el tercer lugar de las preferencias en la contienda electoral más concurrida de la historia reciente del país, y uno de ellos es el gobierno federal, encabezado por su partido. ¿Qué ha devaluado la imagen del partido?
Siempre el ejercicio del poder desgasta, siempre un partido que ha tenido en su responsabilidad –como el mío– tantos años de ejercicio de gobierno; por supuesto que en las discusiones actuales donde se magnífica por la riqueza y la confusión que existe, sobre todo en las discusiones en redes sociales, creo que deberíamos ser muy profundos y analíticos en lo que verdaderamente los resultados de los gobiernos federales, estatales y municipales pueden aportar.
¿Pero el ejercicio a nivel federal?
Algunos gobiernos estatales nos han dado malos ejemplos de gestiones priistas, pero también hay otros de diferentes partidos. Los malos ejemplos y quienes se aferran a emular las malas prácticas de un partido ya no debe dárseles cabida; las cuotas, los cacicazgos, todo eso en conjunto.

Yo he estado en contra; si a alguien le preguntas que quién está hasta el gorro de todo este tipo de cuestiones, levanto la mano antes que nadie.
EL PROCESO ELECTORAL 2018
En la militancia poblana priista no quieren saber de especulaciones, que se les sacrifique y se deje a su suerte para la elección a gobernador, las presidencias municipales, diputaciones locales, federales y senadores a cambio de ganar la Presidencia de la República.
Para Deloya Cobián es un mito que en la elección donde habrá seis boletas frente, el electorado ejercerá un voto diferenciado por distintas propuestas políticas.
Para evitar ese efecto de voto dividido, el candidato a la alcaldía de la capital consideró necesario dejar en claro que, entre él y el abanderado a Casa Puebla, entre la dirigencia del Comité Directivo Estatal y el Comité Ejecutivo Nacional priistas no hay fracturas ni separaciones, aunque en el pasado hubo disputas por posiciones en equipos de trabajo y abandonos en eventos públicos.
Además de mantener el discurso de unidad al interior del partido de cualquier forma, inclusive si ello implica la salida de cuadros inconformes por no obtener alguna posición para competir en esta elección.
Un discurso de unidad que choca con las pugnas internas entre las diferentes organizaciones y las peticiones de liderazgos de las dirigencias partidistas estatal y nacional.
“Vamos a decirlo muy claro: pensar que se puede diferenciar el voto como si estuviéramos hablando de una situación de orden así perfectamente pactado y con una sincronía de reloj suizo va a ser imposible. (…) No nos hagamos, tenemos que ir con toda solvencia y tenemos que ir con toda decisión para impulsar a nuestros candidatos a diputados locales, diputados federales, la fórmula al Senado, presidentes municipales y regidores, y por supuesto, el gobierno del estado. Si no hacemos los merecimientos y le damos el impulso suficiente estoy seguro que adelante estaremos pactando una derrota electoral, es ahí donde debemos entender que esta es una cuestión seria y no procede ni se puede hacer diferencias y, peor aún, que eso fuera por diversas situaciones del disgusto personal de un candidato hacia sus compañeros; es ahí donde creo que podríamos equivocarnos terriblemente”, sostiene.

¿Y qué opinión le merece la desbandada de priistas que al no tener una posición en este proceso deciden buscarla en otro partido?
En lo personal siempre he dicho que la convicción y la lealtad hacia tus propios principios es lo que te sostendrá con fortaleza en la vida; poder transitar así te hace fuerte y congruente; desafortunadamente hay quienes no lo ven de esa manera y ven mejores opciones en torcer sus principios ideológicos para aterrizar en cualquier partido que les brinde oportunidades. No creo que exista democracia cuando a mí me favorece y antidemocracia cuando no me favorece; es una cuestión, repito, de congruencia y consistencia personal.
Se hablaba que usted quería buscar o generar su propio proyecto político y que había mala comunicación con el dirigente nacional Enrique Ochoa Reza.
Pues si hubiera pasado nunca habría sido candidato; así de sencillo. Para matar de una vez los chismes, (…) si hubiera tenido una pésima relación, si nos hubiéramos estando aniquilando y acuchillando, como algunos convenientemente lo quieren hacer pensar, nunca hubiera sido candidato. Así de sencillo.
¿Cuál es su relación o cómo es su relación con la dirigencia estatal y también con el candidato Enrique Doger Guerrero?
Respetuosa, de sincronía, de empatía y cercana.
Le pregunto eso porque en su presentación como candidato varios medios manejaron esta versión del abandono de Enrique Doger…
No, tenían una cuestión, eso lo platicamos. No podían postergar en la Ciudad de México, un llamado de la dirigencia nacional y pues el evento empezó tarde; desafortunadamente lo que pactaron fue que tomáramos protesta y tuvieran la ocasión de atender lo demás; estaba a dos horas y media de distancia, había llovido y creo que se hicieron tres (horas) y media. Entonces, no, de ninguna manera.
¿Y en cuanto al ex dirigente estatal, Estefan Chidiac? Porque también se decía que…
Sí. Sin embargo, es una relación respetuosa, es una relación de diálogo, es una relación constructiva y también debo decir claramente que soy quien defiende claramente sus posturas ante el partido, ante los candidatos y ante las dirigencias nacionales porque si algo te va a sostener de aquí en adelante en tu vida profesional y personal es la congruencia; no torcerte, no arrodillarte, no estar de aplaudetodo, mucho menos no señalar cuando hay que hacerlo.
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A pesar de que el discurso de la unidad sea el principal motor del partido para competir en el proceso electoral, Memo Deloya reconoce que en el tricolor hay temas pendientes como la participación de los jóvenes, quienes cuentan con la preparación suficiente y no son imposiciones, en candidaturas claves.
Aunque para el candidato la falta de inclusión de este sector en los primeros lugares de las listas de regidores, listas plurinominales al Congreso del estado, Cámara de Diputados o Senadores no es por culpa de los líderes del tricolor; al contrario, ellos (los líderes) se han ganado su lugar en las candidaturas que no requieren campaña.
“Siempre he dicho que sí a los jóvenes, pero no nada más por el hecho de serlo, sino que tengan méritos y preparación. Sin embargo, de esta composición de las planillas para la justa electoral, de las plurinominales y las competencias en campo, pues la verdad es que veo jóvenes pero no dentro del valor político real que algunos pueden tener; hay quienes con mucha potencialidad y justificación deberían estar en los primeros lugares y creo que este es un proceso paulatino, creo que nuestro partido irá aprendiendo a darle el reconocimiento y el valor que merecen; repito, jóvenes con la justificación necesaria, no por (el hecho de) ser jóvenes.
DISCUSIÓN POR LA PLANILLA DE REGIDORES
Ahora el papel del Revolucionario Institucional en la pelea por la alcaldía de Puebla está en el aire, principalmente por la encarnizada discusión por la planilla de regidores de Deloya, lo cual prolongó el registro del candidato hasta el último momento del plazo de registro ante el Instituto Electoral del Estado (IEE).
La disputa en cuestión era entre la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Antorcha Campesina, el equipo de Enrique Doger Guerrero, el Comité Directivo Estatal y el Ejecutivo Nacional. Todos buscando imponer a sus cuadros en las primeras posiciones de la lista.
“El asunto es que no había un acuerdo en los lugares y posiciones para las distintas organizaciones, como Antorcha Campesina, que ya cedió –por supuesto– y en un acto de generosidad decidió estar con nosotros y el último remanente es la CTM, representada por mi amigo Leobardo Soto.
“El asunto es que la posición nunca ha estado cerrada, pero evidentemente todos quieren estar en los primeros escaños y a eso le digo que es un acto de poca fe porque si vas en un tren en el que vas a llegar al destino, que vas a llegar a donde has pactado, a la victoria electoral; si vas en el asiento uno o vas sentado en el asiento 32 de todas formas llegas, no pasa nada”.
La situación que se ventiló acerca de las imposiciones de la dirigencia estatal… ¿qué fue lo que realmente pasó? ¿Hubo imposiciones?
Hay posiciones solicitadas, hay perfiles pedidos de otras instancias, tanto de las organizaciones como del Comité Directivo Estatal, del Comité Ejecutivo Nacional, del propio equipo y candidato a la gubernatura del estado; a fin de cuentas, tienen toda la pertinencia y responsabilidad de opinar y proponer; sin embargo, evidentemente, tu servidor defiende sus posturas y en esos acomodos es como se llevó a cabo una prolongada discusión en donde tuvimos que postergar, para que pudiera estar presente en la misma Silvia Tanús, que venía de la Comisión Política Permanente, como José Chedraui, como Jorge Estefan Chidiac, para ponernos todos de acuerdo; eso fue todo, y evidentemente tu servidor, quien siempre defenderá su congruencia y propias posturas.
¿Entonces cuáles son las propuestas tanto del candidato Doger como de la dirigencia estatal...?
A partir de que están puestos en ese papel, inscritos ante el Instituto Electoral todas son mis posiciones.
Pero después de este proceso electoral, el priismo tendrá que pensar en un tema: la separación de Antorcha Campesina para convertirse en un partido político.
Creo que actualmente hay que verlo en la perspectiva de que están compitiendo bajo el PRI y justifican, por supuesto, de acuerdo con su composición, de acuerdo con su configuración, de acuerdo con el valor político de los candidatos, justifican estar dentro de esta competencia electoral bajo las siglas de nuestro partido.
“Es gente que representa gente y con ello a mí me da gusto que la organización haya aceptado, como yo se los pedí, estar adentro de la planilla de regidores; hemos llegado a un arreglo y, como ves, hablando se entiende la gente (…) El que vayan a ser posteriormente una fuerza política genuina, constituida, tendrá que ver con otras cuestiones que dañen al Estado de Derecho y al derecho electoral; entonces, si ese es el camino, nos vamos a seguir entendiendo porque lo que nos identifica es la lucha social”.
¿No teme que le robe votos, puntos al PRI?
Al contrario, nos suma. Antorcha es un benefactor electoral para los priistas.
EL CAMINO A LA ALCALDÍA
Cuando Guillermo Deloya Cobián dejó de ser secretario particular del entonces gobernador Mario Marín Torres, en septiembre de 2010, el Partido Revolucionario Institucional había perdido por primera vez la gubernatura del estado.
Para esa ocasión Deloya Cobián dejó pasar dos oportunidades para competir por la candidatura para la presidencia municipal de Puebla: la de 2008, cuando contendió Blanca Alcalá Ruiz, y la segunda, en 2010, cuando el Góber precioso impuso a Mario Montero Serrano, su secretario de Gobernación, perdiendo la alcaldía ante Eduardo Rivera Pérez.
Fue después de su paso como director del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (Icadep) y en el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Profesional (Inafed), donde al estudiar y analizar mejores prácticas de ciudades sustentables volvió a intentar hacerse de la candidatura.
“Vi que era la circunstancia, renuncié al cargo federal y me vine frontalmente a buscar la nominación, eso me valió a que el Comité Ejecutivo Nacional fijara su postura en torno a mí y con ello tuvimos la posibilidad de acompañar a Enrique Doger en la fórmula para la capital. Así lo anunció Enrique Ochoa en su momento cuando estuvimos en el propio comité en una reunión de varios personajes políticos y estamos aquí con todo para seguir adelante.
¿Por qué buscar la candidatura al Ayuntamiento de Puebla y no a otro cargo? ¿Por qué no una diputación local o federal?
Porque Puebla es la ciudad con la que tengo un diálogo permanente, una filiación; Puebla es la Puebla de mis amores, es la ciudad que me vio nacer, que me dio la oportunidad de estudiar en sus colegios y tratar de ser alguien en la vida; por ello siempre ha estado en mi corazón y siempre ha estado en mi camino; eso es lo que me ha motivado a estar al pendiente siempre de la misma.

¿Cómo ve a sus contrincantes? A Eduardo Rivera, el ex alcalde; a Claudia Rivera Vivanco, de las candidatas más jóvenes; también a Paola Migoya; a Gonzalo Juárez, el líder sindical con licencia, ¿cómo los ve en esta contienda?
Te voy a hablar en general de todos. Todos merecen mi consideración y mi respeto, y lo mismo que ofrezco estoy dispuesto a exigir. Creo que, como nunca, los poblanos merecemos una contienda electoral de altura, que es lo que le debemos a los poblanos, tener una discusión rica y amplia sobre la temática que daría solución a los problemas que tiene Puebla. Con ninguno de ellos o ellas tengo una situación personal que criticar, mucho menos que señalar. No tengo ni soy quien para meterme en los asuntos personales. A fin de cuentas, la política no es nada personal.
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Para hacer frente a esta contienda electoral, Deloya Cobián tiene claro cuáles serán los ejes de la problemática de la ciudad: la inseguridad en delitos del fuero común, los problemas de movilidad urbana y el acceso al agua potable.
“La principal problemática que viven los poblanos es la inseguridad; se vive una ola de inseguridad como nunca se ha vivido; en las cifras oficiales, la percepción de inseguridad es de 78%, los poblanos nos sentimos inseguros y no nada más nos sentimos: el incremento de criminalidad de primer piso es algo real y ha detonado en delitos como el robo de vehículos e incluso llevan un componente de violencia; el robo con violencia en prácticamente del orden de 1,600% en alrededor de siete años y eso es algo que nos debe preocupar: el robo a casa habitación, el robo a negocio, a transeúnte, y todos con el componente de que ahora los delitos resultan más violentos.
“Muchas veces al robo de un celular, por ejemplo, para los alumnos va emparejado de que los lesionan, los lastiman con arma blanca o, en el peor de los casos, les quitan la vida; por ello, uno de los principales problemas en los rincones de nuestra ciudad es ése.
“Segundo, los problemas de movilidad urbana, los cuales tienen que ver con la calidad de nuestras vías de tránsito, pero también con los del transporte público.
“Finalmente, el agua potable, los servicios municipales y la economía local; esas son las cuestiones que tenemos presentes para solucionar”, sostiene.
Sin embargo, Memo Deloya vuelve a reconocer que a pesar de tener identificados los problemas de la ciudad, será difícil llegar al Palacio Municipal, pues la imagen y percepción de la gente frente al tricolor se encuentra en el peor momento en los últimos años; aun así, Deloya Cobián irá a la contienda, en la que cree que no es imposible regresar al Charlie Hall.
“No creo en las derrotas anticipadas, sino en las victorias construidas y eso es lo que vamos a hacer con muchas propuestas, con soluciones, con muchos días de diálogo con las demás fuerzas políticas, con debate y, por supuesto, con la idea de construir y edificar de la mejor forma. ¿Es difícil? Por supuesto que es difícil, pero no imposible. Creo que los poblanos, como nunca, también están ávidos de escuchar soluciones y es por donde nosotros vamos a caminar”.


