Garganta Profunda

Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva

 

Una simple fotografía en un aparentemente inocente tuit cimbró al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Puebla e intensificó el fuego de la ya de por sí tensa relación entre el candidato a gobernador, Luis Miguel Barbosa, y el abanderado en primera fórmula al Senado, Alejandro Armenta. En esa publicación se ve decaído y al borde del desmayo al ex perredista, en una silla, durante un acto proselitista de Andrés Manuel López Obrador en Tehuacán el pasado 11 de mayo. La imagen provocó una verdadera crisis en el lopezobradorismo poblano y alimentó la hipótesis, ya muy aludida, de que el ex priista sigue maniobrando para tumbar a aquél de la candidatura a Casa Puebla.

Así de claro: quien dio pie a las dudas sobre la salud y las capacidades físicas de Barbosa para hacer campaña, y ya no digamos para ejercer el mandato, fue el diputado federal con licencia Armenta Mier, marinista de cepa.

Él y su equipo, desde la misma casa morenista, proporcionaron así la metralla a los no pocos adversarios que buscan señalar el mínimo error del oriundo de Zinacatepec.

Podrían argumentar que fue un error.

Sin embargo, ese mensaje en Twitter tenía en realidad toda la intención de evidenciar a Barbosa, quien efectivamente tuvo casi un desvanecimiento y sufrió un episodio de abundante transpiración, mientras hablaba López Obrador en ese mitin.

El tuit delata inevitablemente su intención.

La fotografía fue tomada con foco selectivo para destacar a Barbosa, aunque el resto de los elementos y personas se vean borrosos.

Esa publicación desencadenó todas —sí, todas— las versiones sobre la mala salud de Barbosa, quien en efecto no la ha pasado bien en ese sentido debido a una diabetes mal cuidada.

En este caso valió aquello de que “una imagen dice más que mil palabras”.

Muchos en Morena acusaron al ex presidente estatal del PRI de haberlo hecho deliberadamente.

Su intención, aseguran, era que Andrés Manuel revalorara el verdadero potencial de Barbosa y cambiara de caballo a mitad del río.

Eso, por supuesto es, a estas alturas del proceso, una locura que sólo se anida en mentes perversas y ambiciosas como la de Alejandro Armenta.

Pero la felonía tuvo efectos.

La fotografía fue utilizada por los rivales de Barbosa, tanto en el priismo como en el panismo, para poner en duda sus capacidades para ser gobernador.

El cuestionamiento tiene lógica, por los problemas de salud que él mismo ha reconocido públicamente.

Esto se sumó, como punzante interrogante, a la ola de señalamientos que se le han hecho sobre su honradez, por el patrimonio millonario e inexplicable que no reportó, así como sobre su probidad, por haber ejercido como abogado, sin título profesional.

Alejandro Armenta no ha podido deslindarse y justifica, ante los ojos de sus nuevos correligionarios de Morena, sus intenciones.

A raíz de esto, hubo reclamaciones, acusaciones y discusiones, algunas muy subidas de tono, como la que tuvo con el cuñado ingrato Fernando Manzanilla.

El ex morenovallista le reclamó airadamente a Armenta haber proporcionado suficiente arsenal para que los enemigos vilipendiaran al candidato por Morena, PT y PES a Casa Puebla para presentarlo como un tipo incapaz hasta de sostenerse en propio pie durante algunos minutos.

Fiel a su estilo de tirar la piedra y esconder la mano, Armenta ha tratado de evadir el tema, pero muchos en Morena ya lo señalan como un traidor.

Hay quienes aseguran que si no está detrás de la contracampaña de “AMLO sí, Barbosa no”, al menos la ve con simpatía, lo mismo que la serie de publicaciones periodísticas que desde el inicio de la campaña han puesto en predicamento al ex perredista; la más reciente: la construcción de un rancho con helipuerto en la Sierra Negra de Puebla, que los vecinos le adjudican como una de sus tantas propiedades.

A estas alturas de la contienda, el ex priista realmente cree que Luis Miguel Barbosa puede caer y ser el candidato relevista, como este lunes bien señaló sobre el tema el periodista Valentín Varillas en la columna que tituló “Armenta, el topo de Barbosa”, en el portal de análisis político Status.

El candidato por Juntos Haremos Historia a la gubernatura debe refugiare de las acusaciones externas, por supuesto, esas son naturales.

Pero los ataques más ácidos e inexplicables los tiene en casa, tanto que cuentan que en el cuarto de guerra de Morena todos se ven con desconfianza, pero más, mucho más al marinista Alejandro Armenta.

Vaya cuadro costumbrista el de Morena en Puebla.

Tan parecido al de La Última Cena.

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