La política poblana está de luto
El asesinato de la candidata del PVEM a diputada por el distrito 2 de Huauchinango y de la regidora del municipio de Juan Galindo, Juana Maldonado y Erika Cázares, quitó la venda de los ojos de muchos que aún pensaban que la entidad era segura. El luto invadió al círculo político del estado en tan sólo unas horas tras darse a conocer las ejecuciones de las dos mujeres, varias voces no tardaron en expresar sus condolencias y exigencias, una de ellas, sin duda la más polémica, fue la de Martha Erika Alonso Hidalgo, abanderada de Por Puebla al Frente al gobierno del estado, quien no sólo condenó el hecho, también puso la soga al cuello al fiscal General del estado, Víctor Carrancá, pues pidió su renuncia en caso de que no pueda resolver el doble homicidio. Su exigencia no quedó sólo en un tuit, la llevó de propia voz a su evento masivo y desde el templete volvió a pedir la renuncia de Carrancá. Es claro que Alonso Hidalgo demostró tener mano firme y carácter y, aunque no tardaron las críticas, era necesario desmarcarse por completo y reconocer que el fiscal no ha tenido un buen desempeño, menos en estos casos. ¿Será?
El oportunismo de Barbosa
Claudia Rivera Vivanco, candidata a la alcaldía por la coalición Juntos Haremos Historia, criticó la postura de Martha Erika Alonso sobre la exigencia al fiscal Carrancá de renunciar si no podía esclarecer los asesinatos, pero no dijo nada de Luis Miguel Barbosa Huerta, quien también se pronunció al respecto y que, aunque en un inicio sólo había lamentado los hechos, una vez que leyó a la candidata de Por Puebla al Frente prefirió lanzar un tuit más donde culpa de la inseguridad a Jesús Morales y a Diódoro Carrasco. No cabe duda del hedor de oportunismo y lucro que desprende Rivera. ¿Será?
Los traidores
A diferencia de los priistas en Puebla que vieron como una depuración la salida de cuadros del tricolor a otros partidos, el coordinador de candidatos al Senado, Miguel Ángel Osorio Chong, los llamó traidores por “besarle los pies” a otros institutos políticos. Sin duda la pedrada llegó a uno que otro neomorenista y neopanista que saltaron del barco antes de su inminente hundimiento. El ex secretario de Gobernación federal ve ese declive como su oportunidad de hacerse del partido y, tal vez, ya miró qué le servirá del esqueleto del PRI poblano para su proyecto a mediano plazo. ¿Será?
