Garganta Profunda

Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva

 

La candidata de Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso Hidalgo, le rompió el esquema y el ritmo en el debate a los tres abanderados varones a la gubernatura del estado, impuso el propio y supo librar, con recursos que fueron del humor a la solemnidad, los ataques de Luis Miguel Barbosa Huerta, quien en cambio tuvo una noche negra, en la que estuvo muy lejos de mostrar los dotes que como tribuno desplegaba en el Senado de la República. Seguidores y detractores lo reconocen: fue ella la que tuvo mejor desempeño en este ejercicio, el único que el Instituto Electoral del Estado (IEE) organizó en la actual contienda.

Salvo un par de destellos, Enrique Doger se vio desprovisto de su “encanto pendenciero”, e incumplió las expectativas que sobre él se tenían, pero el peor fue sin duda el morenista, quien evidentemente esperaba a una candidata panista distinta.

Una que no estuviera tan dispuesta a responder.

Una diferente a aquella que la noche de este lunes, con seguridad, ritmo, ingenio y clase, incluso puso en su sitio en varias ocasiones al “licenciado, perdón, señor” Barbosa, para recordar que no tiene título ni cédula profesional —ataque que el ex perredista no contestó— y que fue uno de los constructores del morenovallismo en 2010.

Desde un inicio, Martha Erika tomó la ofensiva y nunca dejó de mandar en el #DebatePuebla.

Aunque con un buen desempeño, el candidato por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Michel Chaín, no funcionó en el rol de palero que le endilgan muchos, pues la ex secretaria General del PAN se bastó sola.

Ni la incondicional de las sombras del pasado —un claro y enésimo deslinde del ex gobernador Rafael Moreno Valle—, ni Ministerio Público para recibir denuncias, ni la expiatoria de pecados ajenos, Martha Erika en cambio supo encarar a sus adversarios.

Y de qué forma.

En la referencia actual y que se percibe de botepronto, sobre la bioserie de la vida del cantante Luis Miguel, homónimo del candidato lopezobradorista, Martha Erika tejió fino:

“Basta de su misoginia —le dijo al de Zinacatepec—… Usted no hace honor a su nombre, Luis Miguel, más bien parece Luisito Rey  —padre del intérprete y el personaje más odiado en la serie—, y yo no soy La Incondicional, soy una mujer poblana que no se va a dejar.

La fórmula del Ricky Riquín Canallín ahora se la recetaron al aspirante por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien no atinó a reaccionar.

Reforzó así además la aspirante a convertirse en la primera gobernadora poblana su deslinde, sobrio pero necesario, de la administración de su marido.

Aquella que es origen y fuente de las descalificaciones que ha recibido en campaña, pues nada personal, como bien dijo, ha podido ser herramienta de ataque en su contra.

Martha Erika supo aprovechar cada circunstancia y hasta el formato del debate lo utilizó a favor y capitalizó cada momento del mismo.

Con firmeza señaló que ella no es Rafael.

Que si quieren debatir con Moreno Valle, mejor se hubieran inscrito a la contienda de hace ocho años, como le espetó a Luis Miguel Barbosa.

Que no es defensora de oficio.

Los señalamientos, les indicó, contra el ex gobernador o algún funcionario estatal, legislador o alcalde, los deben llevar ante la autoridad correspondiente.

Y ahí, entonces, presentar pruebas.

Pruebas que Barbosa tampoco llevó al debate —y nadie se explicó por qué—.

En las otras trincheras, sin embargo, algo faltó y eso también le ayudó en su desempeño a la panista.

Barbosa no pudo reponerse del jalón de alfombra que Martha Erika Alonso dio con su actuación desde el arranque.

Por desgracia —para él y su partido, el PRI, el más odiado—, Doger dejó sus mejores reflejos e ironía en casa.

Si acaso tuvo fugaces destellos, como cuando comparó al ex perredista con el candidato presidencial de Por México al Frente, Ricardo Anaya Cortés, por esconder propiedades y flujos económicos sospechosos.

Si el panista deberá cerrar campaña en el penal de Puente Grande, comparó Doger, “Miguel Barbosa debe cerrar campaña en el penal de San Miguel”.

Por supuesto no todo fueron enfrentamientos y descalificaciones.

Los cuatro candidatos se dieron tiempo para las propuestas. Más ella que ellos.

Pero, sin duda, en la memoria colectiva quedará la referencia, escogida con precisión y picardía, de quien ya no fue “la misma de ayer”.

Y de aquel que fue investido, muy a su pesar, de villano. Pero un villano más cercano a la comedia que a la tragedia.

El #DebatePuebla dejó una ganadora, consolidada además en las encuestas con siete puntos de ventaja; a un segundo lugar, Barbosa, que honestamente desaprovechó la oportunidad de dar el golpe decisivo y que en todo momento lució tan enojado como cansado y desconcertado, y a un Doger incapaz de meterse de lleno a la competencia y convertirla en una guerra de tres.

Hay quien vio nado sincronizado de Martha Erika, Doger y Chaín, pero ni siquiera eso fue necesario; ella, solita, se bastó y sobró para tundir a su más cercano competidor, un Barbosa que seguramente minimizó a su adversaria, que no se preparó lo suficiente y que creyó que la de anoche sería un paseo, un mero trámite…

Hoy ya sabe qué tan equivocado estaba.

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