Sin Derecho de Réplica
Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE
En 10 días la ciudadanía acudirá a las urnas para votar por nuestros representantes, algunos como diputados locales y federales, así como a presidentes municipales para un periodo de tres años –con opción por primera vez en la historia moderna de reelegirse–, y otros para cargos como presidente de la República, senadores y gobernadores para seis años –sin opción de repetir–.
En la recta final de las campañas políticas, las preferencias electorales han sido muy marcadas en algunos casos como el de la Presidencia de la República, donde el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador termina con una gran ventaja que desde el inicio de la contienda nunca perdió, por más que Ricardo Anaya y José Antonio Meade intentaron hasta lo imposible por levantar sus fracasadas estrategias de campaña.
Sin embargo, en algunas entidades como Puebla, se registra un cierre muy parejo entre la coalición que encabeza Morena (Juntos Hagamos Historia) y la que lidera el PAN (Por Puebla al Frente).
En el caso de las senadurías, diputaciones y alcaldías, algunos han salido a tocar puerta por puerta, como el caso de los panistas y priistas, y otros se han montado en la ola pejista, como el caso de los morenistas.
En los últimos días ha surgido una corriente (de la cual yo ya había escrito en este mismo espacio hace 13 semanas), la cual busca impulsar la figura del “voto diferenciado” y que yo he venido llamando “voto inteligente”.
A sabiendas que López Obrador será sin duda el próximo mandatario de México, es necesario que la sociedad comprenda la importancia de preservar un gobierno de equilibrios, que sólo lo da el voto razonado, quiere decir no marcar la boleta en cascada por un instituto político, sino buscando que los demás cargos sean favorables a candidatos de una fuerza partidista diferente.
Porque votar por un presidente y un Congreso de la Unión homogéneo provocará efectos verdaderamente peligrosos para nuestra nación.
Lo mismo ocurre en el estado, votar por un gobernador y un legislativo local del mismo color provocará que no exista una verdadera autonomía en los Poderes.
Ejemplos sobran y no es, ni por poco, lo que más conviene a la democracia.
Cuando existe el equilibrio de Poderes se evita el surgimiento de un dictador o un
tirano.
Votar de manera inteligente implica precisamente analizar cada perfil para cada cargo sin que necesariamente tenga que representar al mismo partido.
Al final, es lo que más conviene al país.
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Mi felicitación a Héctor Leonardo Rueda Herrera por su onomástico; a él le dedico esta columna.
