Encrucijada
Por: Luis Antonio Godina / [email protected]
El mensaje de los electores fue claro: 53% respaldó el proyecto de nación propuesto por Morena y sus aliados, mientras que 77.5% rechazó el del PAN y 83.6% el del PRI. Estos números exigen una profunda reflexión de los partidos, pero también de los ciudadanos. Se le ha dado un mandato sin contrapesos a una sola fuerza política, los votantes decidieron ponerle punto final a los gobiernos divididos que por más de 20 años campearon en nuestro país.
La democracia necesita de demócratas – como bien apunta Felipe González– y tanto José Antonio Meade como Ricardo Anaya, y el propio presidente Enrique Peña, lo han sido; el reconocimiento al triunfo de Andrés Manuel López Obrador fue oportuno y pertinente. Sin duda ganó Morena, pero la que se llevó las palmas fue la democracia. Es la tercera alternancia en 18 años, si la democracia es una forma de encontrarnos como sociedad, el domingo pasado la sociedad mostró que sigue buscando.
Una derrota así abre el apetito para la cacería de brujas, sacar al hacha para sacrificar a diferentes actores. El camino para los derrotados es primero la introspección y luego ajustar proyectos, no cuentas. El PRI, por ejemplo, tiene que pasar por una revisión a fondo de su esencia. En su origen fue un partido popular, emanado o heredero de la Revolución, pero ya no significa eso. Los electores le dijeron “NO” (con altavoz) y sólo fue superior el rechazo que le tuvieron a El Bronco. El PRI tiene que refundarse para volver a significar algo en los siguientes comicios. Debe pensar al país, pensar a Puebla con nuevos ojos, leer la realidad de diferente manera. En democracia nadie pierde ni gana para siempre, así que moverse rápido, ajustar y con humildad regresar a la brega.
No es tiempo de lamentos ni de la autocompasión, quienes no fueron favorecidos con el voto tienen la gran oportunidad de partir de cero, de escribir una nueva historia.
El nuevo gobierno encontrará un país en marcha, con instituciones sólidas y una economía cuyos fundamentos le van a ser útiles para mantener la estabilidad, las primeras señales que ha dado van en ese sentido. La transición será ordenada, hay voluntad de ambas partes, el reto será encontrar los márgenes para que en el paquete económico 2019 se reflejen las prioridades del gobierno que inicia el 1 de diciembre.
En síntesis, la historia no termina (en contra de lo que hace casi 30 años afirmó Fucuyama), millones fueron a votar, decidieron un mandato amplio y claro, regresaron a su casa y el lunes siguiente fueron a la escuela o al trabajo o a ver el México-Brasil (¡snif!), la vida sigue y mientras los políticos no entiendan eso y perciban que la sociedad sabe cómo decidir y cómo evaluar, a través de una cruz en una boleta, seguirán como referente lejano de quienes han tomado en sus manos dar y quitar en la vida democrática de México.
