Mesa Cuadrada
Por: Gabriel Reyes Cardoso / @GabrielReyesCa3
Hace años tuve el honor de platicar con ella al menos tres veces. Honor y lo digo consciente porque una mujer que dirige al sindicato más grande del mundo, al más politizado, al único sindicato, en su tiempo, que reconocía su pluralidad y la respetaba, no es una mujer común.
Tiene tiempo de ello. En una de esas ocasiones, otro amigo que me había invitado le reprochaba no haberle dado el reconocimiento que él había pedido para mi madre por sus más de 50 años de magisterio y se lo decía a poco tiempo de que mi madre había fallecido. Lo recuerdo para citar que estas oportunidades al menos tienen 25 años.
Mucho cambió en la educación de este país desde entonces, cambió más el sindicalismo. Muchas organizaciones se autopulverizaron, otras cambiaron su lealtad política por el oportunismo electoral, algunas otras permanecieron pero mínimas en fuerza y capacidad de negociación. El SNTE, sin embargo, a pesar del duro castigo que el sistema impuso a la maestra, permaneció.
Inteligente decisión la de abandonarla discretamente, pero abandonarla cuando la suerte le cambió a la maestra para seguir dirigiendo el sindicato. Pero ellos, que aún siguen, saben que esa inteligencia era temporal, aunque no efímera como algunos dijeron.
El castigo a la maestra fue por haber abandonado al candidato presidencial priista con el cual guardaba sólo nexos de enemistad y haber “negociado” un acuerdo favorable para los panistas en aquel fatídico 2006, cuando empoderó a los gobernadores estatales que asumieron una ridícula posición de virreyes, creyendo que lo que sucedía no volvería a corregirse.
El regreso del PRI a la Presidencia del país sólo fue para la maestra un ajuste de cuentas. Ni seis años han pasado y la maestra, en alguna forma, ha sorteado la frialdad no de la cárcel, más del olvido, en especial de los que más se habían beneficiado con su ausencia.
Este 2018 es paradójicamente una mejor oportunidad, no de que regrese a la arena política, sino para que se consolide como el ícono magisterial, el símbolo que hará la nueva revolución al interior del SNTE, la revolución que lo acabará y sepultará en la historia del sindicalismo que ya se fue, malo o bueno, pero que ya se fue.
Elba Esther construyó con su solo nombre un brazo que fortaleció a Morena y a la precandidatura del ahora Presidente López Obrador, enemigo de la Reforma Educativa priista, a la que ha sentenciado a muerte.
Los actuales dirigentes nacionales del SNTE, ex elbistas, están ahora prácticamente solos. Peña Nieto, el generoso mecenas que los recogió cuando la maestra inició su exilio a la frialdad, no podrá hacer nada por ellos. Han perdido a su partido político al que nunca supieron aprovechar como poder real. Sin representantes populares para la próxima legislatura nacional, sin anclas reales en el magisterio cuyas mayorías ahora son morenistas, no es difícil, menos impertinente, afirmar que el actual SNTE está en sus últimos momentos.
Con Morena en el poder real, cuya base electoral provocó un verdadero tsunami, el sindicato que alguna vez fue poderoso, casualmente con la maestra Elba, ahora está en la peor encrucijada de su vida sindical, de su participación política y de su liderazgo y, lo peor, sin poder llamar a la maestra para que le regrese su capacidad de liderazgo.
Morena navega en otra dirección, con Elba, como símbolo, a la cabeza.
Liquidar la Reforma Educativa priista implica definir otra organización sindical y la fuerza histórica la dará Elba Esther, ícono y razón para una nueva organización que represente a los profesores mexicanos.
Me recuerda a Mío Cid ganando batallas después de su ocaso. Elba Esther no regresará físicamente, será la señal que dé legitimidad a la reorganización y substitución del SNTE, por el momento, por “MAESTROS POR MEXICO”, avanzada del nuevo sindicato.
Pronto multiplicarán su presencia para constituirse formalmente, pronto contarán con las autorizaciones oficiales desde la misma presidencia de la República, pronto demostrarán su nueva cepa MORENISTA y, con ello, otra etapa de la historia magisterial se inicia.
