Por: Ilse Contreras
Ocho de cada diez mexicanos celebran el Día de Muertos. Hoy, estados del norte del país han adoptado esta tradición que ha adquirido mayor arraigo, dijo el antropólogo Eduardo Merlo Juárez.
En rueda de prensa, celebró que, contrario a otras tradiciones que han desaparecido con el tiempo, las fiestas dedicadas a los fieles difuntos se han comenzado a replicar en estados del norte del país que han sido “contagiados” por una tradición que abarca Centroamérica, con desfiles de catrinas, alebrijes y concursos.
“Esta es una de las tradiciones que va creciendo, afortunadamente la fiesta de muertos ya se extendió más allá de los límites mesoamericanos y los estados del norte del país celebran ya el Día de Muertos”, indicó el investigador del INAH.
Incluso, en otros países como Tailandia se han adoptado algunos elementos mexicanos pero con mayor seriedad y sin humor a la muerte, y Estados Unidos, donde ya se encuentran los llamados mercados de muertos, con artículos de estados como Oaxaca.
Consideró que esta fiesta es la más importante del año, pues en ninguna otra parte de mundo se celebra a los muertos ni se prepara una comida en honor a sus fallecidos, tradición que tiene al menos 30 siglos de antigüedad.
El muerto quiere comida, el olor de copal, de las flores y la luz de los cirios, lo demás, dijo Merlo Juárez, han sido inventos de las ciudades, por lo que no se trata de poner un altar, pues no es una celebración católica ni cristiana.
Respecto a la celebración del Halloween, indicó que al menos desde hace 50 años ha tenido influencia en México, siendo los jóvenes los más vulnerables, sin embargo, dijo, esto tiene presencia desde las actividades de preescolar.
Las redes sociales e Internet, así como las tiendas trasnacionales también han motivado el festejo del Halloween, pues meses antes anuncian gorros de brujas, calabazas y el color naranja y morado.
“La invitación es que hagan el esfuerzo para que sus muertos vengan a visitarlos, aunque sea información y les den de comer, eso es el respeto a la tradición, una comida preparada a los difuntos y ya con eso, pueden hacer lo que quieran pero no olvidarse de sus muertos”, sugirió.
Celebró que, pese a esto, no se ha olvidado nada y se sigue conservando la tradición, por lo que 80% de la población la celebra, aunque no ponga la ofrenda, participa.
