Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
La llamada resistencia hacia el capitalismo salvaje sin duda tendrá sus consecuencias, mismas que ya se habían advertido por parte de los mercados y de las calificadoras.
No por nada Citigroup advirtió que cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México equivaldría al “error de octubre”, para evocar la desafortunada decisión que tomó en su momento el gobierno de Ernesto Zedillo y que le costó al país una caída de 7% del Producto Interno Bruto (PIB) y una de las peores tragedias económicas de toda su historia.
Las consecuencias desde luego no se hicieron esperar, los mercados reaccionaron de manera inmediata castigando al país con el tipo de cambio, pero aún no hemos visto ni la mitad de lo que se avecina, porque lo más importante es que se perdió la confianza de los inversionistas internacionales.
Seguramente vamos a escuchar las voces de los nacionalistas, quienes celebrarán que el “pueblo bueno” se opuso valientemente al liberalismo salvaje, el cual no podrá doblegar a nuestro país y que por primera vez se libra de las presiones internacionales y de los mercados.
No faltarán quienes califiquen esta decisión como histórica y la pongan a la altura de la asumida por Lázaro Cárdenas del Río al nacionalizar la industria petrolera.
Sin duda habrá incluso personajes del “pueblo bueno” que acudirán, una vez que se lleve a cabo la toma de posesión en Palacio Nacional, para donar sus cochinitos y sus gallinas para pagar la nueva deuda adquirida, luego de la cancelación de los contratos y la reacción de las empresas que solicitarán la correspondiente indemnización, como ocurrió precisamente en la época del Tata.
Ya desde ahorita hay quienes tildan de héroe a López Obrador y ponderan el hecho de que dio un manotazo sobre la mesa para poner en orden a los capitalistas, quienes por más de 35 años de gobiernos neoliberales vendieron al país al extranjero y nos pusieron de rodillas ante los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).
No les falta razón, el neoliberalismo salvaje dejó como saldo en el país más de 70 millones de habitantes en extrema pobreza y sembró las condiciones para que hoy Andrés Manuel López Obrador se haya convertido en el presidente de México.
En algunos momentos, mientras escuchaba los resultados de la consulta, no pude evitar trasladarme en el tiempo, al ya muy lejano año de 1982, cuando el entonces presidente de México, José López Portillo, nacionalizó la banca y prometió “defender al peso como un perro”.
México y su historia están plagados de episodios en donde los gobernantes toman malas decisiones y quien termina pagando siempre las consecuencias es el pueblo, la gente, pero este país es tan noble que siempre termina por salir adelante y estoy seguro de que esta no será la excepción.
Hay que decirlo, pocos, muy pocos países en el mundo ha salido bien librados cuando enfrentan a los grandes intereses económicos internacionales, ojalá y México siente un precedente en la materia.
Lo realmente peligroso, luego de que se realizó la consulta, fue la forma tan sui generis, en la que se llevó a cabo el sondeo, sin ningún protocolo, sin medidas de seguridad y sin cumplir los requisitos que marca la ley.
Y digo que esto sí representa un peligro para México porque el presidente electo ya dijo que los mexicanos debemos de irnos acostumbrando a este tema de las consultas, como un parámetro de lo que es la vida democrática de un país.
De ahí que si el “pueblo bueno” lo pide, a través de una consulta, como la realizada para definir el destino del aeropuerto, por qué no pensar que ese mismo pueblo ahora decida que es necesario prorrogar el periodo del presidente de la República, para consolidar a la Cuarta Transformación. ¿Por qué no?
México está en un momento crítico en su historia y sin lugar a dudas este periodo lopezobradorista será definitivo para saber cuál es el rumbo que tomará el país.
