Manzanilla, polvos de otros lodos
Por más que lo intente Fernando Manzanilla Prieto, es muy difícil que alguien pueda tomarlo realmente en serio. Su traición al grupo morenovallista lo dejó con media estocada que arrastrará toda su vida, eso sin contar la esquizofrénica actividad que tiene: por las mañanas es crítico del morenovallismo, por las tardes es cuñado del líder de dicho grupo. Manzanilla ha intentado, contra todo, forjarse una propia carrera política, pero sus pasos han estado marcados por la derrota, salvo hasta ahora que se montó en la ola lopezobradorista, lo que técnicamente no es un triunfo netamente suyo, sino de un tercero con una fuerte penetración: AMLO. ¿Será?
Una poblana en San Lázaro
La diputada federal poblana Lizeth Sánchez García se incorporó desde ayer a la Mesa Directiva de la LXIV Legislatura federal. El arribo de la militante del Partido del Trabajo se debe a que Ana Gabriela Guevara solicitó una licencia para separarse de su curul y, por ende, de su posición en ese órgano legislativo, ya que será la nueva directora de la Comisión Nacional del Deporte. Lo interesante del asunto es que Sánchez García contó con un amplio respaldo de las diferentes fuerzas políticas para su unción. ¿Será?
El ataque del pornodiputado
El pornodiputado ataca de nuevo. Fiel a su estilo de mecha corta y autoritarismo vil, el porro legislador Héctor Alonso Granados protagonizó un papelón en la más reciente sesión del Congreso local. Resulta que en la comparecencia del titular de la SDRSOT, Rodrigo Riestra Piña, un funcionario de esa dependencia osó silbarle al locuaz diputado José Juan Espinosa porque había excedido su tiempo en tribuna. Furibundo, Alonso Granados corrió al servidor público de la zona de galerías del recinto por esa grave ofensa, pese a que cuando se trata de los diputados de oposición hasta aplaude los abucheos. ¿Será?
Doña Soco ataca de nuevo
Socorro Quezada Tiempo, quien hasta ayer se presentaba como líder moral del PRD, renunció al Sol Azteca y se anunció su afiliación a Morena. Así pues, la ex líder estatal del PRD cambiará de trabajo: pasará de ser gritona de las galerías del Congreso del estado a gritona frente a los micrófonos de Morena. Entre sus primeras declaraciones aseguró que junto con ella se incorporaba toda su (¿raquítica?) estructura política y trabajarían a favor de Luis Miguel Barbosa Huerta. Lo que olvidó decir es que antes era la esquirol de Barbosa en el Sol Azteca y ahora simplemente se quitó la máscara. ¿Será?
