Figuraciones Mías
Por: Neftalí Coria / @neftalicoria
El anuncio del recorte presupuestal a cultura en el Congreso, provocó un escándalo que no duró mas allá de tres días. Ofendidos los artistas famosos (muchos de ellos con sendos contratos con televisa y tv azteca), acudieron a una manifestación gritando consignas que está por demás repetir aquí.
Pero los manifestados de este año, vi que sus reclamos parecían vociferaciones exhibicionistas y más encaminadas a mantener un estatus en la vida publica y no perder la fama ganada, cosa que es lo que de verdad importa muchos. Los que hablaban con mucha fuerza en los videos que circularon en la red, en su mayoría personas del mundo del cine, parecían estar promoviendo una película y en ninguno de los discursos vi, que pensaran en el pueblo, ni en los pobres del país, donde es tan necesaria la canasta básica, como las expresiones artísticas en las que ellos están inmersos. “Nos quitan nuestro dinero para dárselo al tren maya y a los ninis”, dijo una actriz que no conozco porque no veo telenovelas, exigiendo dinero, un dinero que no creo que entienda de dónde llega.
Primero, creo que la intención de acabar con los ninis, no es un chiste, ni merecen el desprecio que vi en los gritos de la actriz. Darle becas a los jóvenes de este país, es el principio para sacar del desempleo y darles aliento a los millones de jóvenes profesionistas que los gobiernos anteriores echaron a la calle. Y si se piensa en el dinero que se les da a los ninis, significa que ese dinero que gastarán –en lo que lo gasten–, se convertirá en circulante; un fenómeno en el que nadie piensa.
Y respecto al tren maya, parecen decir que los del sur no merecen progreso porque son zonas pobres que deben quedarse así, en la pobreza y en la marginación como han mantenido a los indigenas de todo el país los gobiernos anteriores, pero no les escuché decir nada del tren que va de Toluca a la Ciudad de México, construido por el sexenio anterior y en la zona del estado de México que mayor presupuesto ha tenido desde hace muchos años, porque todavía medran las minas del poder.
En un video, dice Jesusa Rodriguez, actriz de importancia, que le pide al gremio que protestaba por el recorte “que se sigan preocupando por el recorte a cultura, que no dejen de preocuparse”, pero que tengan en cuenta el mal uso del presupuesto para Cultura y Educación que hicieron los gobiernos anteriores y al respecto, entonces sí había un notable recorte en, que por cierto, nunca vimos a esos famositos ir a gritar con pancartas al Congreso, porque seguro entre ellos había muchos beneficiados.
Yo creo que un presupuesto –con el porcentaje del recorte anunciado–, alcanza para que la Cultura y la Educación se desarrollen, siempre y cuando sea cierto que alejarán de allí los moches, el mal uso presupuestal, los desvíos, entre otras múltiples maneras de usar el dinero destinado a estas dos necesidades de los ciudadanos y se utilice con efectividad. Y sobre todo, que el presupuesto responda a un plan que de verdad beneficie no sólo al gremio artístico, sino a los ciudadanos, porque el dinero, no es “de nosotros los artistas”, sino para dar beneficios a los mexicanos. Y creo que los artistas requieren –como los campesinos, los médicos y los obreros–, facilidades para ejercer su trabajo con oportunidad para el desarrollo. Las becas no sirven y la industria de los premios que se ha corrompido hasta la médula, mantienen a los artistas corriendo como locos tras un dinero fácil (me recuerda la neurosis de los manifestados en el Congreso).
Los creadores se han acostumbrado a que el gobierno les regale dinero y lo que el gobierno debe hacer, es levantar fuentes de trabajo donde sus capacidades creativas, puedan ser remuneradas por las acciones de su trabajo.
Valorar las obras por jurados del mismo gremio que ya fueron beneficiados con tales premios y becas, resulta un círculo perverso para dar dinero a diestra y siniestra. Y el dinero no agrega calidad ni estatura a las obras, ni creo que becas, premios y festivales en exceso, sean lo ideal para aplicar el presupuesto.
Por lo que los que fueron a increpar a los diputados –sean quienes sean–, estaban más preocupados porque no les tocaran la próxima beca, las dádivas siguientes y lejos de ver que un presupuesto de un país, debe alcanzar también para todos esos pobres en los que ningún gobierno había pensado y que ahora que el gobierno menciona su apoyo –cual sea–, hasta los artistas famosos, crecidos en élites fabricadas por el poder, se olvidan que lo más urgente en este país, es atender la pobreza, la miseria que padece una mayoría de los que no salen en la tele, ni viven en la capital del país.
Creo en los cambios y en las novedades, en los riesgos y las nuevas oportunidades. Y este país está en ese momento; no tenemos derecho a despreciar algo de lo que no sabemos sus efectos. Un presupuesto bien aplicado para cultura –y dada la experiencia de haber visto otros momentos como éste–, estoy seguro que puede lograrse lo suficiente y si le recortan a la cultura para bien de los pobres de México, estoy de acuerdo que recorten.
