Las Serpientes 
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo  

Más allá de filias y fobias nadie puede negar el terrible golpe que significó la noticia del fallecimiento de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle.

Alrededor de las 16:07 horas mi teléfono celular sonó; del otro lado de la línea se encontraba Pepe Hanan, quien se oía sumamente agitado. “Brooo’, me dicen que Martha Erika y Rafael sufrieron un accidente, investiga por favor”.

Colgué y de inmediato me di a la tarea de buscar información a través de mis fuentes. Al mismo tiempo mi esposa Claudia revisaba el timeline de Javier López Díaz, quien daba cuenta de un accidente ocurrido en Coronango: una nave se había desplomado al filo de las 15:50 horas.

El corazón me dio un vuelco, no dudé en llamar a la directora de Comunicación Social y amiga personal de la gobernadora, Sandra Izcoa, quien no me contestó la llamada.

Al mismo tiempo, unos mensajes me confirmaban la versión del accidente aéreo en el cual habían perdido la vida la gobernadora Alonso Hidalgo y el senador Moreno Valle.

Atónito me dirigí de inmediato a las instalaciones de la KeBuena, en plaza San José, para entrar al aire y dar a conocer la noticia, la cual no alcanzaba todavía a procesar, mi cerebro daba de vueltas, algo en mi cabeza me decía que no era cierto, nuevas llamadas terminaron por confirmarme la infausta noticia.

A las 16:30, a través de los micrófonos de la KeBuena 89.7 de FM y 1010 de AM dimos a conocer que una nave (aun no sabíamos que se trataba de un helicóptero Agusta) se había desplomado en Coronango y que a bordo viajaba la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, el coordinador de los senadores del PAN y ex mandatario, Rafael Moreno Valle Rosas.

Sólo se sabía que salieron del helipuerto localizado en el Triángulo de Las Ánimas y que la aeronave se desplomó a los 10 minutos de haber alzado el vuelo.
La fecha, sin lugar a dudas, marca aún más la tragedia de la muerte de estos personajes cuyas vidas fueron cortadas de manera trágica.

Sólo 10 días duró el mandato de Martha Erika Alonso, la cual apenas hace unos días había cumplido 45 años de edad.

Puebla había vivido un conflicto poselectoral como nunca en la historia de la entidad. En una votación histórica en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con cuatro sufragios en contra y tres a favor se desechó el proyecto del magistrado, José Luis Vargas Valdez, quien proponía anular las elecciones en Puebla.

Martha había ganado la elección del pasado 1 de julio y se disponía a iniciar su gestión al frente del gobierno de Puebla cuando desafortunadamente ocurrió esta tragedia.

Jesús Rodríguez Almeida, secretario General de Gobierno, quedará como encargado de despacho, en lo que el Congreso local designa a un interino que convocará a nuevas elecciones.

Martha y Rafael, a partir del 24 de diciembre son parte de la historia y la leyenda de la política de Puebla. Ella, por su inigualable carisma y don de gentes; él, por su forma de hacer política, que lo llevó a ocupar los más altos peldaños a nivel local y nacional. Descansen en paz Marta, Rafael y los pilotos que los acompañaban.

Puebla vuelve otra vez a vivir una espiral de incertidumbre que nadie sabe dónde terminará. Vaya colofón para lo que ha sido un terrible 2018.

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