Desde el jueves se pudo observar un incremento de los lugares ocupados, más de los mil 500 estimados por el Ayuntamiento.
Por: Guadalupe Juárez
El comercio informal se desbordó por completo este fin de semana, apropiándose de las calles y aceras del Centro Histórico de la capital.
Aunque la Secretaría de Gobernación Municipal aseveró que hay un estimado de menos de mil 500 puestos ambulantes, desde el jueves se pudo observar un incremento de los lugares ocupados por los comerciantes, pues se extendieron por la avenida 5 de Mayo, donde en años anteriores no había.
El sábado, el grupo de payasos que por lo regular hacen shows en el primer cuadro de la ciudad también ocupó la 5 de Mayo, donde anteriormente sólo se podían instalar vendedores de empanadas y globeros.
Los ambulantes que invadieron este corredor dijeron que pagarían entre 300 y 500 pesos diarios por el espacio en esta zona, único requisito que les solicitaron los líderes de ambulantes, quienes lo mismo aceptaron comerciantes de otros tianguis de la ciudad y otros estados.
AGANDALLE DEL ESPACIO PÚBLICO
Otro espacio abarrotado por el comercio informal fue la 3 Norte, en la cual incluso se detectó a un vendedor que instaló su puesto –a la altura de la 8 Poniente–, obstruyendo un carril de la calle, para comercializar juguetes y peluches.
En esa calle, desde la 18 Poniente –donde se ubican los locales de mariscos y pescados– hasta inmediaciones del centro comercial La Victoria, entre 6 y 4 Poniente, los comerciantes se desbordaron desde diciembre, pues también ocupan parte de las aceras y carriles, lo cual provoca que la circulación de vehículos fuera lenta; además, los peatones tenían que bajar de las banquetas para caminar entre los automóviles.
A pesar de que la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco justificó que el aumento de los puestos de informales se debe a permisos otorgados por la administración anterior, en un recorrido realizado por esta casa editorial se observó que los productos comercializados iban de antojitos mexicanos a piratería, ropa, zapatos, bolsas, mochilas, telas, antenas, postres, accesorios para celular y bocinas, por mencionar algunos de ellos.
La Calle de los Dulces, como se conoce a la 6 Oriente, también fue afectada por el comercio informal, dominado por personas originarias del Estado de México que venden bolsas, perfumes y relojes.
DERECHO DE PASO
En la 10 Oriente la presencia del ambulantaje causó estragos en el tráfico, ya que las unidades del transporte público tardaron hasta una hora en atravesar el Centro Histórico; al respecto, los conductores denunciaron que los delincuentes aprovecharon para cobrar derecho de paso.
Según testimonios de usuarios y choferes de las rutas que circulan por esa calle –que prefirieron el anonimato – , a la altura de la calle 5 Norte personas que se hacen pasar por checadores cobran 10 pesos por unidad, con la amenaza de que así no los asaltarían.
Al respecto, agregaron que la demora en cruzar estas calles los expone más al crimen.
En la 7 y 5 Norte, los locatarios también pelearon por los espacios en las aceras. Fue el caso de los que vendían bicicletas, quienes exhibieron los diferentes modelos sobre las aceras, fuera de los establecimientos.
Al caos se sumó la presencia de otros vendedores informales en el Zócalo de la capital poblana y toreros en las calles 2 Oriente y Reforma.
En estos sitios, peatones ofrecían a quienes se sentaban en las bancas dulces, cacahuates y postres guardados en bolsas y mochilas, para evitar que les fueran decomisados sus productos.
En tanto, frente a las zapaterías ubicadas entre la 5 de Mayo y las intersecciones de la 2 Poniente y Reforma, hubo quienes cargabann sus artículos en exhibidores portátiles.