El mensaje fue claro para los amigos presentes, pero sobre todo para los políticos ausentes y recordó las promesas hechas hace un año y que a la fecha no han cristalizado
Osvaldo Valencia
Fotos Jafet Moz
Desde el recinto más importante de cultura en el estado, el que lleva por nombre el de su padre, Javier Palou García recordó el legado del mayor promotor de la cultura de Puebla.
En un presidium acompañado de una corona de flores y una postal del cronista Pedro Ángel Palou Pérez a las afueras de la Casa de la Cultura, habla su hijo —Javier—. Ha pasado un año desde que el historiador de la entidad dejó la tierra a la que dedicó su vida y obra, y solamente en la casa que construyó con su trabajo es donde se le homenajea.
Ahí, Javier Palou se transporta en el tiempo a la misma fecha, pero de 2018, está frente al Pleno del Congreso del estado, la noticia de la partida de Pedro Ángel Palou está fresca entre los poblanos.
Javier está en busca de completar el legado y lucha de su padre, de exigir a los hombres que hacen leyes y guían la vida política del estado que hagan una cosa: que impulsen la cultura en Puebla.
En la mente están presentes las palabras de algunos legisladores: la promesa de plasmar en la historia el nombre Pedro Ángel Palou Pérez enmarcándolo en la sede del Poder Legislativo.
También la iniciativa de algunos regidores del Cabildo de Puebla para nombrar a una calle de la ciudad Pedro Ángel Palou Pérez. Promesas que quedaron en eso y nada más.
Javier Palou regresa al presente, ve el presidium, ve a los invitados y no ve a los hombres de poder en el estado, los que prometieron enmarcar en la historia y en las calles de Puebla el nombre Pedro Ángel Palou García.
“Este 11 de enero era una fecha ideal para que el Congreso terminara de poner su nombre en los muros del recinto, era el momento ideal, también, para que el Cabildo retomara la iniciativa, que quedó en una comisión, para que un parque o una calle llevara su nombre, no fue así, y si lo pienso detalladamente, recuerdo las palabras de Melquiades Morales cuando se enteró de su fallecimiento: ‘las nuevas generaciones no saben lo que acaba de perder Puebla’”, remarcó Javier Palou.
Palou García no sólo habla de las generaciones de menores que crecen en su ciudad, habla de esas generaciones que han convulsionado la Puebla que adoptó a Pedro Ángel Palou, las del año pasado. Las del año electoral.
“Hoy están más preocupados por su interés personal que por el interés colectivo. Hoy mi padre se sentiría avergonzado de su Puebla. Ante los lamentables hechos que vivimos no han sido, o no hemos sido, capaces de estar a la altura, se han mostrado muy limitados. La clase política ha dejado a un lado lo que tanto dicen y aseguran defender: Puebla y los poblanos.
“Y aunque sigan existiendo personas que aseguran que no les interesa la política debo decirles que todos, absolutamente todos, tenemos responsabilidades políticas y que siempre es necesario admitirlas”, recalca en un mensaje dirigido a los amigos presentes, pero más para los políticos ausentes.
Javier no titubea en sus palabras, la voz no se quiebra y llama a todos los actores a seguir el ejemplo de Pedro Ángel Palou: el diálogo permanente, el dejar a un lado intereses mezquinos, reunirse y acordar por Puebla, y vivir con la humildad que el estado necesita. “Puebla se merece mucho más”, exclama.