Familiares y amigos de Pedro Ángel Palou Pérez vieron de cerca su interminable trabajo por el estado, dentro y fuera de la función pública, por hacer que fuera internacional.

Por: Osvaldo Valencia

Para sus amigos, quienes lo conocieron y trabajaron con él, Pedro Ángel Palou Pérez fue el visionario que vio en el pasado de Puebla la mejor manera de proyectar al estado a los demás.

Su trabajo sigue hablando, aún sin él para escucharlo. Su insaciable búsqueda por el arte en el estado lo llevó a inmiscuirse en los rincones abandonados de la entidad.

Así lo recuerda su amigo Sergio Vergara Berdejo, aliado en la cruzada por la cultura, cuando estaba en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien lo recuerda como aquel que en el antiguo Cine Puebla encontraba pinturas del Renacimiento entre bolsas de palomitas y refrescos.

Lo que caracterizaba al originario de Veracruz, pero adoptado por el estado, era su capacidad de encontrar en la antigua cancha de San Pedro, situada entre casonas a punto de derrumbarse, un centro cultural para  exposiciones de arte virreinal.

Quienes conocieron a Pedro Ángel Palou siempre destacaron su habilidad para rescatar edificios antiguos, como el Templo de Santo Domingo en la avenida 5 de Mayo, el Mercado de la Victoria, mercados periféricos, el Parque Flor del Bosque y muchos otros, con el fin de volverlos referentes de la cultura poblana; de encontrar la manera para llevar exposiciones de arte poblano al extranjero, si era necesario, en exhibiciones itinerantes.

Su familia vio de cerca su interminable trabajo por la cultura, dentro y fuera de la función pública, desde las diferentes artes que le apasionaban, por hacer que Puebla fuera punto de cultura internacional.

“Era un visionario, uno de esos que no pasan cada 10 o 15 años, un hombre de su siglo que entendió que Puebla estaba a la altura de las capitales del mundo”, dijo Javier Palou García, uno de sus hijos que –ahora– tiene la oportunidad de seguir la obra de su padre desde ese espacio, como servidor público.

• • •

Hace un año, desde el Congreso local, Javier Palou García recordaba el sufrimiento que significó para su padre convencer a los burócratas de la importancia por fortalecer la cultura en el estado, de no castigar económicamente a este sector.

Desde la tribuna del Poder Legislativo exigía un mayor apoyo a las bibliotecas públicas, al Consejo de la Crónica, a las Casas de la Cultura municipales y la estatal, así como la biblioteca Palafoxiana, igual que su padre lo hizo año con año.

En Javier quedaron guardadas las expresiones de diputados prometiendo que el nombre Pedro Ángel Palou quedaría grabado en las paredes de su recinto; lo mismo las iniciativas de regidores del Ayuntamiento de Puebla para nombrar a una calle o un parque en honor a su padre.

Pero eso quedó como propuesta nada más. Un año pasó de la partida del historiador del estado y Javier se encuentra en la Casa de la Cultura “Pedro Ángel Palou”, frente a un centenar de amigos de la familia Palou García; entre ellos no están los hombres de poder en el estado, la clase política con la que trabajó administración tras administración.

“Si lo pienso detalladamente, recuerdo las palabras de Melquiades Morales cuando se enteró de su fallecimiento: ‘Las nuevas generaciones no saben lo que acaba de perder Puebla’”, resaltó Javier Palou.

Las palabras de Javier no van dirigidas para los asistentes al  evento luctuoso, sino para los ausentes, los que horas antes hicieron del Congreso del estado un cuarto de guerra por la definición de la gubernatura interina de Puebla.

“Hoy están más preocupados por su interés personal que por el colectivo. Hoy, mi padre se sentiría avergonzado de su Puebla. Ante los lamentables hechos que vivimos no han sido, o no hemos sido, capaces de estar a la altura, se han mostrado muy limitados. La clase política ha dejado a un lado lo que tanto dicen y aseguran defender: a Puebla y a los poblanos”, lanzó Javier.

• • •

Si hay algo con lo que no relacionan sus conocidos al profe Pedro Ángel Palou Pérez es con la nostalgia, algo ajeno a su obra, ya que que buscó darle vida a todo.

Los asistentes a su aniversario luctuoso lo saben y no guardan un minuto de silencio, en cambio, regalan un minuto de aplausos para el mayor promotor de la cultura.

Para el círculo cultural de Puebla, hablar de Palou García es hablar de la música, la literatura, la pintura, el cine, el canto o la arquitectura. Hablar de Palou García es hablar de la Puebla del pasado.

Aún en la muerte, la música y el canto lo acompañan para que el recuerdo, para que la memoria de él sea todo menos algo nostálgico.

Y los que aún lo tienen presente saben que para hacerlo seguir con su obra, su deseo de recuperar el antiguo Palacio Federal para convertirlo en biblioteca pública, fortalecer las Casas de la Cultura municipales, será lo fundamental para que el sueño de la Puebla viva de Pedro Palou sea una realidad.

“Hoy aquí refrendamos a un año de su muerte, de mi padre, este legado y no por nostálgicos, lo que a él no le gustaba, sino por el futuro de Puebla, su casa verdadera: sólo pensando en el futuro podemos honrarlo de verdad”, concluyó, mientras los aplausos continuaban.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *