Por: Claudia Rivera Vivanco
Presidenta municipal de Puebla

Estimadas autoridades,

Estimada familia Palou,

Invitados especiales.

La fuerza de la historia siempre mira hacia adelante.

La pasión del cronista es la historia.

Pero el cronista sabe que no hay historia sin cultura.

Hoy rendimos homenaje a un embajador de Puebla, a un hombre que entendió que la labor cultural trasciende nuestra propia vida.

Para Pedro Ángel Palou Pérez, el rescate de la historia fue una forma de recuperar el pasado y hacerlo vivo. Pero también de volver universal lo local y lo regional. 

Los documentos del pasado son los testigos de nuestra memoria y la memoria enriquece nuestro presente y le da sentido a nuestras vidas.

Deseo que el ejemplo de Pedro Ángel Palou Pérez alcance a las próximas generaciones.

Pedro Ángel Palou le entregó a Puebla primera Casa de la Cultura; cuando en la ciudad no existían las instituciones culturales, el historiador fundó esta institución clave para la cultura del centro del país.

Don Pedro relataba a sus amigos que el primer domingo que entró en funcionamiento la institución, él mismo salió a la calle para invitar a las familias poblanas a  cultivarse en el recinto. 

Pedro Ángel Palou Pérez le solicitó al entonces gobernador Guillermo Jiménez Morales que creara en Puebla, la Secretaría de Cultura.

El entonces gobernador, atendió la petición y nombró a Pedro Ángel Palou Pérez, como secretario de cultura, dando Puebla el ejemplo de su compromiso con su herencia histórica, su patrimonio y su cultura. 

Hoy se nos hace un lugar común el que existan tanto instituciones de cultura como políticas culturales. 

Pero desde la ciudad que siempre amó, su Puebla, Pedro Ángel Palou, alentó la creación de audiencias culturales con una visión de largo plazo. 

Hoy, cuando casi ya nada nos sorprende, debemos aprender de quienes nos han dejado las instituciones de la cultura.

La cultura es un aprendizaje continuo de elevado valor espiritual, sin el cual, se pierde el sentido de nuestras ciudades, de nuestras comunidades, de nuestras vidas.

Pero no puede haber cultura sin pasado, es decir, sin la historia, como esa disciplina científica de la memoria. 

La pasión de su juventud fue la historia. Formó a generaciones de amantes de la historia. Pero no de una historia anquilosada y triste, sino de una historia tangible y viva.

¿Cómo no amar la historia si cada uno de los pasos que se dan en las calles de nuestro centro histórico es un caminar por este pasado vivo? 

Su amor por Puebla, hoy nos une.

Seguramente, esa devoción por su ciudad lo condujo a escribir su libro 5 de mayo de 1862, primer libro que documenta de manera integral, la defensa heroica de la ciudad de Puebla en contra del ejército francés colonialista e invasor. 

Para los estudiosos es un libro de consulta obligada.

Como ya se ha dicho, Pedro Ángel Palou Pérez, nació el 11 de mayo de 1932, en la Ciudad de Orizaba.

El siempre relataba que había crecido y se había paseado en su niñez entre el Cerro del Borrego y el Cerro de Escamela. 

La ciudad de Orizaba, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, fue una ciudad privilegiada. Ahí surgió la novela mexicana, gracias al novelista Rafael Delgado, y también gracias a las industrias textileras británicas, surgió el futbol, deporte que amó Pedro Ángel y que cascareaba en su juventud. 

Pedro Ángel Palou Pérez se preocupó mucho por rescatar las historias locales de Puebla, muy cerca de la visión de las microhistorias de Luis González y González, pero también por hacer un trazo de larga duración

Por eso su mirada atraviesa varios siglos. Pedro Ángel nos hizo entender a Puebla y entenderla es una manera racional de amarla. 

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