Segunda parte. La siguiente entrevista, publicada en tres entregas, apareció en la edición impresa de 24 Horas Puebla en marzo de 2017, se reproduce a continuación con fines  periodísticos y de interés para nuestros lectores.

En la conversación con don Guillermo Pacheco surgen los nombres de Manuel Bartlett, Eukid Castañón, Jorge Estefan, Miguel Barbosa, Fauzi Hamdan, El Jefe Diego. La charla se vuelve un surtidor de ideas, reflexiones y recuerdos. Don Guillermo se detiene en uno: Carlos Salinas de Gortari. Una vez, cuando Salinas era presidente, nuestro entrevistado fue llamado a reflexionar sobre una Ley de Amnistía. ¿Año? 1994. ¿Caso? El célebre conflicto armado de Chiapas. La imagen de su padre —don Macario Pacheco Altamirano— cruza la conversación. Sobrevuelan las historias. La emoción se hace verbo.

Mario Alberto Mejía: Usted habla mucho de lo importante que fue su paso en dos ocasiones por la Cámara de Diputados...

Guillermo Pacheco Pulido: Normalmente siempre he dicho que el país es ahora el DF, o sea, la Ciudad de México. Fuera del DF no existe el país. Cuando llega uno ahí conoce a muchos personajes, maestros, políticos, etcétera. Platico con ellos y de ahí se van sacando las ideas sobre las que uno va abordando sus puntos de vista.

MAM: Por ejemplo, ¿a qué juristas importantes le tocó conocer en las legislaturas federales en las que estuvo?

GPP: Le voy a hablar, para empezar, de gallos poblanos que han estado en esa tarea: Manuel Bartlett, Miguel Barbosa… Eukid Castañón, que ha hecho una magnífica labor en la Cámara de Diputados. El mismo Jorge Estefan Chidiac, que ha estado en estas tareas. En ese contexto tuve una serie de actividades que me llevaron a tratar al mismo presidente de la República. Me refiero a Carlos Salinas.

MAM: ¿En qué contexto lo trató?

GPP: En el caso más difícil que ha habido en el país, que fue lo de Chiapas. Me invitó a discutir una ley de amnistía. Fui yo solo con él a discutir la ley. Platicamos largamente. Le hice algunas observaciones.

MAM: ¿Cómo fue su relación con Manuel Bartlett?

GPP: A Bartlett lo traté mucho. Puedo decir que la mitad de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos es de Bartlett. Eso ya lo escribí en una ocasión. Al artículo Segundo en Materia Indígena, que es un poema, tengo entendido que fue escrito por él y por el denominado Jefe Diego.

La ley actual que se está modificando de los servidores públicos fue escrita por Bartlett. El artículo Tercero también lo redactó Bartlett. La ley que modificó el sistema agrario de México —en relación al ejido— también fue propuesta de Bartlett. Ese vínculo con él fue lo que me hizo conocer la intervención de Bartlett en las reformas constitucionales.

MAM: ¿Y con Miguel Barbosa? ¿Cómo fue el trato?

GPP: Barbosa es un poblano distinguido que ahora está en todos los medios. Yo siento que él es un hombre positivo que tiene una virtud: decir la verdad.

MAM: Lo recuerdo a usted como diputado federal en la legislatura en la que también estuvo Fauzi Hamdan…

GPP: Efectivamente, ahí conocí a Fauzi Hamdan. Es un hombre —independientemente de derecha, del PAN— muy brillante. Había una ley que proponía Acción Nacional. Se subió él y votó en contra. Fue toda una lección. Por eso a mí no me asusta cuando alguien vota en contra. Fauzi Hamdan dijo esa vez: “nosotros tenemos en los partidos políticos nuestra conciencia libre. Y mi voto es de conciencia. Yo hago lo que mi conciencia me diga. Por eso voto en contra de la ley propuesta por mi partido”. Hamdan es un personaje de honestidad absoluta. Ya no está en la política. Qué pena. En un país con tantos problemas hay que dedicarse a los problemas políticos reales y no a la morralla, como muchos lo hacen. Yo puedo decir de los poblanos que le menciono que todos han sido buenos políticos.

MAM: Otro personaje importante que conoció en una de las legislaturas en las que estuvo fue Diego Fernández de Ceballos.

GPP: El Jefe Diego. Sí. Lo traté. No es porque sea un hombre valioso, que lo es, pero es un hombre sumamente vertical en su conducta, en su forma de pensar, en su actuar. Y efectivamente era un hombre que debatía, no tanto contra el PRI —en esa época estaba el Partido Popular o, como le decían, la Comisión de Insultos del PRI— sino con todos. Fue un ideólogo de la política. Se ha ganado el respeto por su actuación pública.

MAM: Casi todos los personajes de los que hemos hablado son abogados. ¿Qué tiene un abogado en la mente? ¿Por qué es tan importante el estudio del Derecho? ¿Qué hace diferente a un abogado de un político dedicado a otros menesteres?

GPP: Creo que no hay diferencias. Yo creo que lo que debemos definir es: ¿los abogados son políticos? ¿Están hechos para la política? Yo diría que sí, como lo están hechos todos los ciudadanos. Y hemos visto en nuestro desarrollo histórico que más del 50% de quienes han desarrollado este país no han sido abogados. Si analizamos a los constituyentes del 56 y del 17 veremos que había pocos abogados.

MAM: ¿Usted por qué decide estudiar la carrera de Derecho?

GPP: Mi papá no fue abogado. Él estudió, pero no terminó la carrera. Yo quise esa carrera sin que él me lo dijera. Yo a mis hijos nunca les he dicho “estudien eso”, “sean esto”. Jamás les digo “voten por tal partido o tengan tal religión”. Todo se los dejo al ejercicio de su libertad.

MAM: Su padre fue un gran personaje. Siempre luchó por las mejores causas.

GPP: Mi padre estuvo en la cárcel precisamente por eso. Ahí está su ficha, ahí en la cárcel. Algunos amigos me han llegado a decir: “Oye, está la ficha de tu papá ahí en la cárcel. Te la sacamos”. Y yo les digo: “¿Por qué sacarla? Ahí déjenla”. Para mí es un orgullo, una satisfacción. Además si la saco mi padre me va a venir a jalar las patas. (Risas). Fue un hombre luchador. Nos dio un gran ejemplo.

(Continuará).

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