Por: Diego Diego

Foto: Archivo

Francisco Palencia, técnico de Lobos, no paró de caminar en su área técnica. Dio palmadas, algunos gritos, mordió sus uñas, y cuando el partido ya estaba perdido no dejó de mojarse los labios y tocarse la frente. 

Después de dos derrotas consecutivas debe haber una explicación, una evaluación interna. De estar entre los primeros tres lugares de la Liga hasta la fecha dos y ahora fuera de los mejores ocho, es una señal de camino se está perdiendo. 

En los primeros minutos de este partido, contra Atlas, el conjunto universitario fue superior por el ataque constante de Leonardo Ramos. El Artillero buscó el gol pero no se concretó. 

La habilidad de Ramos se limitó solo en su pierna derecha. En una primera oportunidad disparó por arriba del arco rival; en una segunda terminó por “abanicar”; en la tercera no pudo acomodar la esférica en su pie izquierdo y perdió el remate

Luego de un choque, El Artillero sangró de la cabeza, fue atendido y vendado; cambio por completo su ritmo de juego. Momento en el que los locales aprovecharon para adelantarse en el marcador. 

Tras un tiro de esquina por la izquierda, el central Anderson Santamaría líquido la meta de Antonio Rodríguez ante la frágil marcación de la defensa visitante. Fue el primer golpe que rompió el esquema de Paco Palencia. La ofensiva fue más cautelosa. 

Para el segundo tiempo La Jauría fue ampliamente superada y cerró su área tratando de alejar la pelota. Dos, tres, cuatro, fueron los lances de Toño Rodríguez por los cañones de la delantera tapatía; el portero fue figura. 

El centro de los licántropos mostró espacio y cayó por segunda ocasión. El capitán Juan Pablo Vigón centró el balón al manchón penal sirviendo a Facundo Barceló para aumentar la ventaja dos a cero. 

El ghanés Clifford Aboagye, que tenía escasos dos minutos en el terreno de juego, marcó el tercer tanto del Atlas con un cañonazo al primer palo de Rodríguez. Lobos BUAP quedó tendido en la lona. 

La respuesta del cuadro de Palencia llegó dos minutos después de la diana de Aboagye, al minuto 86, por conducto del chileno Brayan Rabello. La pizarra cerró con un 3-1 que sumaron a seis goles en contra en dos partidos –Necaxa y Atlas-; inesperado. 

Esta es la primera alerta para los universitarios, aunque el descenso parece ya haber sentenciado al Veracruz, la meta sigue siendo conseguir la permanencia por méritos propios. Tendrán que venir las modificaciones. 

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