Revelan que en la zona el problema para trabajar no es con los que no estén afiliados al consejo, sino con los taxis ejecutivos, como Uber, Cabify u otras aplicaciones.
Por: Osvaldo Valencia
En los alrededores de la Central de Autobuses de Puebla (Capu) la constante de todo es el caos. Multitud de puestos de comida, congestionamiento vial perpetuado por microbuses y automóviles, así como el interminable sonido de los cláxones, música y películas que venden en el mercado de La Fayuca.
Lo único que guarda un orden, ya sea de forma consensuada o no, es el control de la zona para los taxistas que quieran hacer base para laborar.
Ahí sólo hay dos reglas: ser parte del Consejo Taxista del Estado de Puebla (CTEP), y contribuir con una cuota mensual para no tener problemas.
Y aunque desde fuera del gremio taxista esto parece un atentado contra la libertad de los trabajadores, para quienes se dedican al servicio mercantil particular es una práctica de todos los días.
“Desde hace unos meses se ven los taxis con sus marcas del consejo, ellos pagan sus cuotas a su líder para poder estacionarse aquí, hace unos cuatro meses que nadie que no sea del consejo se estaciona ahí”, señala un hombre de cabello canoso, quien pidió la gracia del anonimato.
Para él hablar de “aquí” es referirse al costado de la entrada peatonal de la Capu, y estacionarse” es lo mismo que hacer fila casi ordenada, como si de un turno de salida u horario se tratara para trabajar con la gente que llega, o se va, de Puebla.
Pero para los taxistas que no pertenecen al CTEP, aunque la zona no está prohibida, es preferible no quedarse por mucho tiempo esperando a “subir” algún cliente.
“Aquí es igual que en otras zonas de la ciudad, si quieres pararte o hacer base en un centro comercial te cobran cuota, en cualquier plaza, sabes que si no es a la organización es a la Secretaría de Comunicaciones, acá siempre hay que soltar”, refiere Arturo, un taxista de más de 20 años de experiencia.

A pesar de conocer las condiciones de la zona, espera afiliarse al Consejo Taxista, como le han recomendado muchos compañeros.
Conoce de lo tenso de la zona de la Capu y sabe que el problema para trabajar no es con los que no estén afiliados al CTEP, sino con los taxis ejecutivos, como Uber, Cabify u otras aplicaciones.
“Ya se sabe que la mayoría son del Consejo Taxista, y no hay bronca, pero la bronca es con los Uber y Cabify que luego hacen base cuando saben que no pueden. Aunque no sale ya en las noticias, luego corretean a los que están en la zona, si siguen así esto va a reventar”, agrega Arturo, molesto con la competencia, pero no con las cuotas obligatorias, pues son “normales”.
De acuerdo con Arturo Loyola, representante de la Coordinadora Estatal del Transporte, el CTEP mantiene una cuota de 800 a mil pesos mensuales, lo que ha ocasionado que un grupo de 200 taxistas se mantenga en la incertidumbre al no querer formar parte de ellos.
