Jorge Coronel Fuentes, investigador del ITESM, aseguró que estas herramientas permiten a los aspirantes a la gubernatura estar más cerca de los votantes.
Por: Iván Reyes
El uso de las redes sociales tomará un papel importante en el proceso electoral que se vivirá en Puebla del próximo 2 de junio.
En entrevista para 24 Horas Puebla, Jorge Coronel Fuentes, investigador de Mercadotecnia del ITESM campus Puebla, aseguró que estas herramientas permiten a los aspirantes a la gubernatura estar más cerca de los votantes.
“Sobre todo, son un elemento bastante útil de poder de convocatoria a los eventos por parte de los candidatos; te permite avisar con menor anticipación qué harás y dónde estarás, tienes cercanía y reacción más eficiente”, refirió.
Mencionó que las redes sociales se han convertido en un espacio de difusión de ideas y de información –no siempre verdadera–, ya que esta se presta a interpretaciones y percepciones, mismas que tienen mayor importancia que la “realidad misma”.
“De nada sirve que seas el candidato más idóneo y confiable si nadie te conoce”, opinó.
Explicó que de manera positiva o negativa se busca influenciar la percepción de una figura pública. Lo anterior se puede lograr en gran medida por los microinfluencers, personajes con un bajo índice de seguidores en la red –en comparación con individuos que tienen millones de seguidores–, pues con ellos se crean efectos en audiencias segmentadas.
Estos actores llegan a través de sus respectivos canales a un público especifico, por medio de un proceso llamado hipersegmentacion, es decir, por medio de mensajes concretos para segmentos de públicos agrupados por gustos y preferencias, no por estatus. Del mismo modo, se puede utilizar para generarle una mala reputación a un político.
“Una campaña bien orquestada sobre puntos negativos puede destruir la carrera política de alguien. Al ser personaje público tienes que cuidar todos los aspectos de tu vida si sales en redes sociales”, dijo.
Asimismo, afirmó que existe un fenómeno de proximidad, que se refiere al hecho de creer en una fuente cercana –familia, amigos y allegados– y no a una fuente confiable.
“No tenemos ese conocimiento o esa cultura de verificar la información publicada en redes”, expresó.

