El candidato de Morena llega al lugar de la mano de su esposa Chayito, sube al escenario entre gritos, porras y al son de Hoy te toca ser feliz de Mägo de Oz; promete realizar un gobierno con una nueva clase política.
Por: Iván Reyes
Es el tercer día de campaña y Luis Miguel Barbosa Huerta se muestra confiado.
Arropado por cientos de simpatizantes que sostienen cartulinas –que juntas forman su apellido– enciende el ánimo de los presentes al asegurar que no será un gobernador fifí.
“No les voy a fallar, no voy a ser un gobernador fifí, yo no soy un hombre de élites, soy de pensamiento como el de ustedes, sueño y sufro como ustedes”, dice en Tlachichuca a sus simpatizantes, durante su segunda campaña rumbo a Casa Puebla.
Su discurso toma fuerza, recuerda a los asistentes sus orígenes humildes y su empatía con ellos, se autodefine como un político diferente, no como los de la clase política tradicional.
“¡Qué horror!, priistas, panistas… nunca lo fui”, afirma.
En medio de un discurso de reconciliación, de esperanza, de unidad, el ex senador lanza la consigna de que no será un gobernador fifí, pues él “piensa, sueña y sufre como los habitantes del Tlachichuca”.
Con ello, los asistentes hacen clic con el candidato, al que le gritan una y otra vez “Barbosa gobernador” e interrumpen de manera involuntaria su discurso con aplausos que arranca después de prometer el amanecer de una nueva clase política.
“Voy a formar un gobierno con una nueva clase política, generaré un plan de desarrollo estatal para la región, traeré inversión pública y privada, devolveré la paz”, reafirma.

DANIEL CASAS
EL RECIBIMIENTO
El candidato de Morena llega al lugar de la mano de su esposa Chayito, sube al escenario entre gritos, porras y al son de Hoy te toca ser feliz de Mägo de Oz
Así, Barbosa Huerta –con una mano al aire y una sonrisa– mira a la gente, que lo busca para saludarlo y no lo deja avanzar porque quieren una foto, una selfie con el candidato.
Entre globos amarillos y rojos, entre el son del mariachi –que ameniza previo al evento–, entre personalidades de la política municipal, Barbosa está más que agradecido.
“Yo me siento muy bien cada vez que vengo a estos lugares, todos y todas son personas con convicciones fuertes, aquí hay que hablarles con la verdad y con claridad”.
En todo momento toma la mano de su esposa; ella sonríe, lo abraza, lo mira. Barbosa, en tanto, observa a la gente, agradece las porras, los comentarios de quienes hablan previo a su discurso.

DANIEL CASAS
“ME CANSO GANSO”
Con la promesa de “No mentir, no robar, no traicionar”, Miguel Barbosa recuerda la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador hace unas semanas.
El fin se acerca, la voz del candidato toma más volumen y emociona más a la multitud con mensajes de la Cuarta Transformación, mientras eleva el puño.
Miguel Barbosa Huerta no desvía la vista de las personas, y concluye su discurso con una frase que los simpatizantes ahora usan.
“Me canso ganso que esta elección la ganamos”.

