En la comunidad de Ayoxuxtla, perteneciente a Huehuetlán El Chico, el morenista es claro al referirse a “los traidores” y puntualizarles que “La vida nos la da Dios y él nos la quita”.
Por: Guadalupe Juárez
Aquí, donde el Caudillo del Sur firmó el Plan de Ayala para regresar las tierras a los campesinos en 1911, Miguel Barbosa Huerta promete recuperar el campo. Porque pareciera no haber pasado el tiempo, porque aquí todo sigue igual.
Aquí, donde el general Emiliano Zapata encontró entre las montañas un refugio para escapar de las fuerzas federales, el candidato al gobierno de Puebla también lo halla y lanza un mensaje a “los traidores”: “La vida nos la da Dios y él nos la quita”.
Y por eso los compara con Jesús Guajardo, aquel coronel que llevó a sus tropas al paradero de Zapata con la mentira de que se iban a revelar al gobierno.
La comunidad de Ayoxuxtla, en Huehuetlán El Chico —enclavada al sur del estado— le aplaude a Barbosa Huerta —inseparable de su esposa Rosario Orozco— con la misma intensidad que lo hace minutos antes cuando le rendía homenaje a Emiliano Zapata a 100 años de su muerte.
“Zapata vive, Barbosa sigue”, clama un grupo de personas que se uniforma con el color vino.
Entre la gente que escucha al candidato hay quienes aún utilizan las sombrillas de color azul, aunque las bardas de la localidad estén ocupadas por el vino.
Así, entre las montañas que impiden que la señal telefónica llegue, Barbosa Huerta promete, ahora sí, “levantar” lo que gobiernos pasados no pudieron.
Se refiere a las casas y al museo comunitario —donde Emiliano Zapata firmó el Plan de Ayala— que quedaron dañados por el sismo del 19 de septiembre de 2017. Los estragos no son tan visibles, excepto por el espacio con la imagen del caudillo, que impera en una pared completa, porque las vigas sosteniendo el techo y la cuarteadura en uno de los cuartos de ese museo recuerdan que no sólo la Revolución no llegó.
Barbosa Huerta se refiere, también, a los caminos de terracería.
A los caminos de la Mixteca dañados y viejos. Al olvido de los cañeros de Atencingo, con quienes al final del día se compromete a no olvidarlos. Se refiere a que la Mixteca no es una sola región, sino cinco con diferentes necesidades que asegura atenderá.
“Hagamos gala del lema de Zapata. Del pensamiento de Zapata y de ese ideario que ha inspirado. Acá tenemos una deuda con Zapata y con todo México”, dice.
Es miércoles y es el segundo evento del día.
Horas antes, al mediodía, Barbosa Huerta habla en Chiautla de Tapia, donde ha prometido incrementar el presupuesto para el campo.
Donde —asegura—— Emiliano Zapata curó sus heridas, el mismo lugar donde parece curar las de él.
