Miguel Barbosa se reunió con comerciantes del mercado Independencia, ante quienes aseguró que trabaja en la reconciliación de su partido y de la sociedad poblana.

Por: Guadalupe Juárez

En el estacionamiento del mercado Independencia, al sur de la capital poblana, este lunes el candidato al gobierno del estado, Luis Miguel Barbosa Huerta, anuncia que “pronto” Morena en el estado tendrá un solo rostro.

Las palabras del abanderado por la coalición Juntos Haremos Historia en Puebla, conformada por Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México, se deben a que en los más de 20 días que lleva en campaña las diferencias al interior del instituto formado por López Obrador se habían llevado parte de los reflectores que le corresponderían.

Y es que, en ese lapso sus otros dos contrincantes ni siquiera habían formado parte de los cuestionamientos por los medios de comunicación hacia el candidato, como lo es ese otro rostro al que se refiere Barbosa: el conflicto en Morena, la encuesta, el Tribunal Electoral, el proceso de selección, los audios, la miel, el complot.

El aspirante a Casa Puebla llega al evento poco después del mediodía. Siempre flanqueado por su esposa Rosario. Hace unas horas, precisamente, la prensa poblana y la nacional han difundido las fotos entre el candidato y quien fuera su rival en el proceso interno, Alejandro Armenta Mier, acción que pareciera una tregua a la lucha de casi un mes, la cual además de mediática, se peleaba en tribunales.

Por eso, arropado por un grupo de comerciantes, Barbosa Huerta asegura que trabaja en la reconciliación de su partido, esa misma que ha presentado durante la primera etapa de proselitismo, y la cual —asegura— permitirá que se forme un Frente de la Cuarta Transformación en el estado. Tal vez, aunque no lo dice, con su imagen como símbolo de éste.

“Pronto vamos a estar unidos todos y vamos a promover, como lo estoy haciendo, la reconciliación entre toda la sociedad poblana”, dice.

Barbosa Huerta se ve más confiado, escucha paciente las preguntas de los reporteros que insisten en saber los detalles de su reunión con el senador con licencia.

“¿Le va a levantar la mano?, ¿Vendrá a sus eventos?, ¿Sí va a confiar en él?, ¿Cuándo estará en su campaña? ¿Sí habrá reconciliación?”, bombardean al ex senador, que ya ha guardado cualquier crítica en contra de ese otro rostro que lo había acompañado como un antagonista, aunque compartieran los colores del mismo partido.

Por eso, en el templete comienza a dirigir esa crítica a su “más cercano rival”, a quien dice le lleva 33 puntos y que, si las personas que hoy se encuentran en el mitin con él este día quisieran, “podría mandarle unos mil a sus eventos” a Cárdenas Sánchez.