Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Los cierres de campaña realizados el domingo fueron el mejor ejemplo de lo que representó este ejercicio sui generis, ya que sólo por segunda vez en su historia Puebla irá a una elección extraordinaria para elegir gobernador.
La primera se llevó a cabo en 1867, luego de concluir la intervención francesa y en la que se buscaba elegir al nuevo mandatario de la plaza, tras el triunfo del juarismo.
En esta ocasión, Luis Miguel Barbosa por Morena, Enrique Cárdenas por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, y Alberto Jiménez Merino por el PRI fueron los participantes en una campaña que se tuvo que realizar tras la muerte de Martha Erika Alonso el 24 de diciembre del año pasado.
Desde un inicio advertimos que esta elección iba a ser una guerra de estructuras y no nos equivocamos, ya que el cierre de campaña dejó constancia del músculo político de cada participante en esta contienda.
La semana pasada adelanté las razones de por qué Luis Miguel Barbosa va a ganar esta elección y señalamos como una de las principales la presencia de una estructura fuerte y bien constituida; la cual será el soporte de lo que veremos el próximo domingo.
Una abarrotada Plaza de la Victoria presenció la concentración masiva del barbosismo, que es hoy por hoy el grupo hegemónico en la entidad, una mezcla entre seguidores de López Obrador, el propio Barbosa y las antiguas estructuras del PRI y el morenovallismo que se fundieron para dar paso a esta nueva conformación.
El mérito, y lo señalé desde la semana pasada, es del propio Barbosa, que supo aprovechar el posicionamiento adquirido durante la campaña anterior, más el peso que aún tiene López Obrador entre la sociedad poblana, más la suma de los actores políticos que quedaron huérfanos tras la muerte de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle Rosas.
El hueco dejado por los ex mandatarios supo llenarlo el hombre nacido en Zinacatepec, quien le dio borrón y cuenta nueva a los viejos agravios, para hacerse de una serie de aliados que hoy lo tiene en el umbral de hacerse del Poder Ejecutivo en Puebla.
Las concentraciones masivas no definen elecciones, pero se han convertido en el mensaje final que manda el puntero hacia sus adversarios para que vean la fuerza a la cual se van a enfrentar y la historia así lo ha demostrado.
En 2010, Rafael Moreno Valle abarrotó el estadio Cuauhtémoc y de esa forma mandó un mensaje contundente de lo que iba a suceder el 4 de julio, así también lo hicieron Tony Gali y Martha Erika Alonso, y el resultado no falló.
Ahora, Barbosa llega como el favorito y así se lo hizo saber a todos sus seguidores, pero más a sus adversarios políticos, quienes en sus respectivos cierres reflejaron todo lo que ocurrió durante estos días de trabajo.
Enrique Cárdenas Sánchez, de principio a fin, desorganizado, sin integrar una estructura fuerte y con el apoyo a medias de El Yunque, la única organización que prácticamente no se apostó por Luis Miguel Barbosa y sumó al ex rector de la
Udlap, sabedores de que al perder iban a recuperar a su partido.
El académico, a pesar de hacer su mejor esfuerzo está condenado a pagar por esa falta de estructura, apostó todo al apoyo ciudadano haciendo a un lado a las siglas de los partidos que lo apoyaron, pero irónicamente ahora busca constituir un nuevo partido político: Sumamos. El camino al infierno está lleno de gente con buenas intenciones.
Alberto Jiménez Merino terminó como arrancó: sin punch y con un partido prácticamente desarticulado.
Lorenzo Rivera y él pasarán a la historia como los personajes que le dieron el tiro de gracia al ex partidazo. Lástima, porque el tricolor es muy importante para evitar que Morena se apodere prácticamente de todo el espectro político poblano.
De esta forma concluye prácticamente la campaña de 2019, lo que se tenía que hacer prácticamente se hizo; ahora los equipos deberán velar armas rumbo al día D, aunque todo parece estar decidido.