A Rivera Vivanco se le ha reprochado la distancia que desde el año pasado mostró frente al morenista durante la campaña.
Por: Mario Galeana
El latigazo por la derrota que Miguel Barbosa Huerta sufrió en la zona metropolitana del estado, frente a Enrique Cárdenas Sánchez, ha sido inmediato. Desde el círculo más cercano del candidato de Juntos Haremos Historia, virtual gobernador electo, se ha desplegado una afrenta directa contra dos figuras de esta alianza.
Se trata de la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, y el expresidente de la Mesa Directiva y coordinador de la bancada de Morena en el Congreso local, José Juan Espinosa Torres.
Los cercanos a Barbosa Huerta que han fungido como arietes contra el par han sido Carlos Meza Viveros, ex vocero formal del candidato, y Gabriel Biestro Medinilla, ex coordinador de su campaña en 2018 y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política en el Legislativo..
A Espinosa Torres se le atribuye una operación político-electoral contra Barbosa Huerta en la región de Cholula, en la que el académico postulado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano obtuvo 31 mil 547 votos más que el morenista, de acuerdo con el cómputo final que realizó el Instituto Nacional Electoral (INE).
La mañana siguiente a la jornada electoral, durante un desayuno convocado por Barbosa Huerta como agradecimiento a los reporteros que cubrieron su campaña, Biestro Medinilla dijo en una entrevista que había sospechas de que la zona metropolitana se había perdido por traiciones o brazos caídos.
“Puede ser, puede ser… sí, sí, por ahí anda. Sería muy irresponsable responder ahora, aunque hay indicios de que hubo algo así”, soltó.
Dos días bastaron para que el coordinador de la bancada de Morena liderara la ofensiva para conseguir la destitución de Espinosa Torres como presidente de la Mesa Directiva y como jefe de la bancada de Morena.
Biestro Medinilla atribuyó esta acción a la “reiterada” violación de la Ley Orgánica en la que incurrió el petista, así como la permisividad de la que dotó a Héctor Alonso Granados –expulsado de la vicepresidencia de la Mesa en esa misma sesión– frente a las declaraciones misóginas que realizó en la tribuna legislativa.
En contraparte, Espinosa Torres dijo que su destitución era “la primera decisión política” tomada tras la victoria de Barbosa Huerta, y consideró que, con él, algunos líderes de Juntos Haremos Historia intentan expiar o montar una justificación frente a la debacle en la capital y el distrito de Cholula.
El petista ha dicho que no fue requerido para hacer tareas de operación electoral y que, por eso, tomó un viaje fuera del estado del que volvió un día antes de la elección: “¿Cómo pude haber operado en contra de Miguel Barbosa si estaba afuera?”, inquirió la noche del miércoles, en entrevista para el programa Juego de Troles.
OJO CRÍTICO SOBRE ALCALDESA
Las críticas sobre Claudia Rivera Vivanco por los resultados obtenidos en la capital han mutado de manera subrepticia: primero se atribuyó la debacle al desgaste de su gobierno municipal y, un par de días después, se le responsabilizó de ser tejedora de una finísima estrategia para impulsar a Cárdenas Sánchez.
El portavoz de estas acusaciones ha sido Meza Viveros –quien ha acotado que sus críticas son a título personal–, que ha tomado como referencia los 66 mil 520 votos por los que el académico rebasó a Barbosa Huerta en los cuatro distritos de la capital.
A Rivera Vivanco se le ha reprochado la distancia que desde el año pasado mostró frente al morenista debido a que, a diferencia de todos los representantes de la coalición Juntos Haremos Historia, la alcaldesa acudió a la toma de protesta de la gobernadora Martha Erika Alonso, fallecida el 24 de diciembre de 2018.
Además de que, más tarde, en la contienda interna de Morena, sus familiares aparecieron de manera pública respaldando la precandidatura del senador Alejandro Armenta Mier.
“La respuesta es clara y lapidaria: en Puebla capital sí se operó para un candidato; se dispusieron recursos, se compraron líderes con dinero de las arcas municipales y todo ello para favorecer a Enrique Cárdenas, académico doblado de político que en todos sus actos de campaña no rebasó los 200 asistentes…”, acusó Meza Viveros a la alcaldesa, en un artículo publicado ayer en La Jornada de Oriente.
La presidenta municipal ha negado cualquier acción orquestada y, como prueba, ha exhibido sus credenciales en Morena, partido del que fue fundadora y militante desde el primer día en que este obtuvo su registro.
La persecución contra Rivera Vivanco y Espinosa Torres no ha dejado de ser selectiva –al menos hasta ahora–, puesto que no se ha emprendido ninguna acción en contra de otros representantes de la debacle, como la presidenta municipal de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca, donde los resultados fueron tres a uno en beneficio de Enrique Cárdenas Sánchez; o del diputado federal Eudoxio Morales, representante del distrito 9 de Puebla, donde Morena y sus aliados cayeron por 32 mil 116 votos frente al PAN y sus aliados; o, más aún, del legislador federal Guillermo Aréchiga, del distrito 12, donde Barbosa Huerta cayó por 25 mil 880 votos frente a Cárdenas Sánchez.
