Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Los resultados que arrojó la jornada electoral del domingo 2 de junio ponen un punto final a la disputa que duró más de un año en el estado para conocer quién nos gobernará, y dotan de total certeza y legitimidad al ganador, Miguel Barbosa, quien empezará a ejercer el cargo como gobernador a partir del próximo 1 de agosto. Este fin de semana, al concluir el cómputo total de los votos efectivos, el INE dio a conocer que el candidato de Juntos Haremos Historia ganó por una diferencia de 12.11 puntos sobre su más cercano competidor.
Ello quedó demostrado con la coincidencia que existe entre las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del INE, que da como ganador al candidato de la coalición encabezada por Morena, con 44.67% de los votos, registro que se encuentra también dentro de los límites que arrojó el conteo rápido del INE que se dio a conocer el mismo día de la jornada electoral (42.6%-45.4%) y los Cómputos Distritales que dan como vencedor oficial a Barbosa con 44.79% de los sufragios.
Si bien es cierto que los tres resultados emanan de la autoridad electoral, en este caso del instituto nacional, es importante recordar que el PREP es un resultado de carácter preliminar que va capturando cada una de las actas que contiene los resultados conforme van llegando a los Consejos durante la noche de la jornada electoral, antes de que se lleven a cabo los cómputos. Lo mismo sucede con el conteo rápido, un muestreo estadístico de altísima precisión, que tiene el objetivo de dar a conocer a la ciudadanía las tendencias en la noche del mismo día de la jornada electoral.
Ahora que conocemos los resultados oficiales (y no preliminares) de los cómputos, vale la pena hacer el comparativo con los resultados de la (inenarrable) elección de 2018.
En esa elección, el Instituto Electoral del Estado (IEE) se hizo cargo del PREP y de los Cómputos, mientras que el conteo rápido fue llevado a cabo por el Instituto Nacional Electoral, con el mismo grupo de científicos y especialistas que lo hicieron ahora en 2019.
En aquella ocasión, los resultados también fueron coincidentes: el PREP daba 38.4% a la fallecida Martha Erika Alonso, el conteo rápido establecía como límites 36.4% a 38.9%, los cómputos la dieron como ganadora con 38.14% y el recuento de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la ratificó con 37.9% de votos a favor.
El escenario político en 2018 era otro: bajo el cobijo de la elección presidencial, Morena anunció el presunto fraude electoral en las sesiones del IEE desde una semana antes de que se llevara a cabo la elección; cuando inició el funcionamiento del PREP José Juan Espinosa, sin ser representante del PT todavía, irrumpió en las instalaciones donde funcionaba, como después lo hizo en el MM Grand Hotel y también durante la sesión del cómputo final y entrega de constancia de mayoría. Ahora, como todos sabemos, la historia es otra y los resultados electorales no se encuentran contaminados con la desacreditación del pasado año.
Otro aspecto importante es que, una vez más, quedó demostrado que algo se debe hacer con las encuestas que se levantan durante los días de campaña y las propias que se llevan a cabo durante la jornada electoral, ya que, si bien en este caso existió en el resultado una gran diferencia entre el primer y segundo lugar, los resultados en términos porcentuales distan mucho de ser coincidentes con los resultados oficiales que emiten las autoridades electorales.
Sí, pese a todo y contra todo, parece que Puebla está por poner punto final a la gran guerra por la gubernatura de Puebla, esa larga noche llena de monstruos, fantasmas y pesadillas; en breve sin duda asistiremos a nuevas batallas, preludio forzoso de una nueva guerra por el poder, pero será en su tiempo porque por el momento al estado le urge estabilidad, paz y rumbo, con el reto enorme, e impostergable, de la inseguridad como el más importante –y urgente– telón de fondo.