Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Personajes como José Juan Espinosa, Héctor Alonso, Karina Pérez Popoca, Luis Alberto Arriaga y Norma Layón, así como otros impresentables como Felipe Patjane y Mario de la Rosa, son sólo algunos de los saldos que nos dejó aquella estrategia de Movimiento Regeneración Nacional: “Vota todo Morena”, y que ahora más de uno lamenta haber seguido al pie de la letra.
La idea en términos de estrategia electoral fue acertada. Si se quería una transformación del país, hasta en los más recónditos lugares habría que tachar la boleta electoral a favor del partido guinda y sus aliados, ya sea para alcaldes, diputados locales y federales o gubernatura.
Bautizado como el tsunami lopezobradorista, los votos arrasaron en las urnas sin considerar nombres, trayectorias, capacidades y reputaciones. A ocho meses de distancia, las consecuencias ya varios las están –estamos– padeciendo.
Independiente de los temas que atañen al presidente Andrés Manuel López Obrador, como la construcción del aeropuerto, la refinería de Dos Bocas, el acuerdo leonino con Estados Unidos y la cancelación de proyectos a mano alzada, entre otros, en nuestra aldea hay tela de dónde cortar.
José Juan Espinosa, quien fue el segundo candidato a diputado local con más votos en la jornada de 2018 en Puebla (55% de los sufragios en el distrito 20, es decir, 43 mil 145) y que llegó por el Partido del Trabajo en la coalición Juntos Haremos Historia, fue vergonzosamente relevado de las posiciones que tenía en el Congreso luego de su misógino, absurdo y arrogante comportamiento.
Héctor Alonso, de Morena, transitó por el mismo carril. Como candidato logró 50% de votos en el distrito 19 (más de 52 mil), su punto de quiebre fue una entrevista en la que se pronunció en contra de la interrupción del embarazo en su muy particular –y vulgar– estilo.
Tuvo que pasar más de medio año para que Morena en el Congreso se diera cuenta de los perfiles que ofrecieron en estas demarcaciones, para actuar en consecuencia.
Claudia Rivera, la alcaldesa de Puebla, alcanzó la silla de la presidencia municipal con una votación histórica: más de 270 mil (46%). Pero también ha resultado una de las alcaldesas más cuestionadas desde los primeros meses de su administración, sobre todo por la inseguridad que mostró tendencia al alza; a ocho meses de haber asumido el cargo, no se percibe una estrategia de contención.
En tanto, Karina Pérez Popoca y Luis Alberto Arriaga han llevado a Cholula al primer puesto de los Pueblos Mágicos… en incidencia delictiva. Según cifras oficiales, los municipios que la integran, San Andrés y San Pedro, han acumulado entre enero y abril de 2019, mil 664 carpetas de investigación abiertas, la cantidad más alta de los cinco años recientes.
Karina Pérez, en San Andrés Cholula, obtuvo 40% de los sufragios (22 mil aproximadamente); mientras que el ex priista, ex de Movimiento Ciudadano y ex de Nueva Alianza, Luis Alberto Arriaga, logró 39% de la votación en San Pedro Cholula (más de 21 mil).
Los índices delictivos también sofocan a San Martín Texmelucan. La protesta de varios sectores de la población se ha hecho presente al exigir la revocación de Norma Layón Aarún, incluso frente al presidente López Obrador en su reciente visita. Layón, hay que recordar, consiguió 40% de los sufragios (más de 22 mil) en la elección del año pasado.
Estas muestras deberían ser suficientes para replantearse la conveniencia de votar por una sola opción. Es decir, el garrafal error de darle todo el poder a un solo partido.
Pareciera una reflexión muy anticipada de cara a los comicios más cercanos, que son en 2021, pero la deliberación se vuelve obligada por el abrupto despertar de quienes sufren las consecuencias del tsunami morenista.
Nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para aprender la lección.