Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
Todos los códigos de honor y prudencia, si es que los grupos delincuenciales los tienen, se violaron el pasado viernes cuando en plena graduación de un preescolar en Guadalupe Santa Ana, en Acatlán, un comando de la banda de Los Rojos intentó asesinar —así nos comentan fuentes confiables— al alcalde Rebelino Herrera, sobre quien hay varias sospechas y amenazas de muerte. Se trata de una guerra descarnada que sostienen, sin mediar los daños colaterales para civiles, sean mujeres y niños, ese grupo originario de Guerrero con casi una década de operaciones en la Mixteca baja, contra una célula avalada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que salió del primero tras la muerte del cabecilla, Alejandro Herrera, El Chino, en diciembre de 2018. Este caso y su gravedad se ven como una de las principales tareas para la Guardia Nacional y también para el gobierno estatal que asumirá funciones el 1 de agosto.
Niños y sus madres llorando; profesores, hombres y mujeres, padres de familia tirados pecho tierra para evitar una posible bala perdida mostraron en un video lo demencial del enfrentamiento.
El caos del preescolar Miguel Hidalgo, en la cabecera municipal de Guadalupe Santa Ana, fue de pánico.
No hay ya ningún respeto, ese que se supone tienen los delincuentes y las bandas para la población civil, en la guerra que por la Mixteca sostienen Los Rojos y el CJNG.
Al acto escolar acudió como padrino Rebelino Alejandro Herrera Martínez, miembro de una familia que ha tenido un intermitente cacicazgo en ese municipio, del que ya antes fue alcalde su padre y él mismo ha sido varias veces candidato, siempre por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
A pesar de las muchas amenazas de muerte para él por parte de Los Rojos, Rebelino acudió y “puso en riesgo a los infantes y a las familias”, lamenta un habitante y testigo.
Muchas versiones corren sobre su actuación ante los delitos deLos Rojos y el CJNG.
Ese es un tema que es también materia urgente de una investigación ministerial.
Lo cierto es que al menos tres de sus primos, ya abatidos, sí han estado directamente involucrados: Alejandro Herrera Estrada, El Chino; Israel Herrera Saavedra y Juan Herrera Cariño, quien oficialmente fue el “blanco” del enfrentamiento, cuyo cuerpo fue “secuestrado” del servicio forense.
(Al cierre de esta entrega aún no había claridad sobre el destino del cadáver, que habrían plagiado Los Rojos).
La creación de una célula que de inmediato tuvo el aval, protección y equipamiento de la organización delictiva de Jalisco se dio por una escisión en Los Rojos, a la muerte, el pasado 17 de diciembre de 2018, de El Chino.
Entonces la guerra —antes incipiente— adquirió énfasis sangriento, hasta el capítulo de terror del viernes pasado en el preescolar.
Los Rojos, que se dedican a los levantones, secuestro, robo de mercancía y narcotráfico, principalmente, están desde entonces en una disputa sangrienta con tonos fratricidas contra los ahora nuevos integrantes del CJNG, que antes fueron sus miembros.
Desde hace casi una década, cuando desbordaron las operaciones que realizaban en la Mixteca guerrerense, Los Rojos encontraron cómplices ávidos de participar en los negocios ilícitos en Puebla.
La geografía complicada de la Mixteca baja y su cercanía con las colindancias, lo mismo con Oaxaca, Guerrero y Morelos, les proporcionaron un escenario propicio.
Ahí han hecho prosperar sus actividades, aunque hasta el viernes no hay registro de un hecho de fuego con armas largas que tan abiertamente hubiera puesto en peligro a niños, mujeres; y menos en un centro educativo.
En la refriega y consecuente persecución, fueron también asesinados dos policías municipales de San Pedro Yeloixtlahuaca, de cuatro que iban en un coche negro, y que enfrentaron al grupo delictivo al encontrárselos en su huida.
El caso es de mucha gravedad e incluso se ve prioritario, tanto o más que el nivel que presenta de inseguridad actualmente el llamado triángulo rojo.
El gobernador electo de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, lo sabe y ha ofrecido a los mixtecos que habrá seguridad.
Así lo dijo en un acto en Acatlán de Osorio, muy cerca del lugar de los hechos, el sábado pasado, pero también hizo una clara distinción:
“Mi solidaridad con los familiares de las personas fallecidas con motivo de los hechos violentos del día de ayer (viernes)”, dijo.
“Hoy me recomendaron no venir, dije ¡por favor!, ni modos que se estén matando en las calles. Es un asunto del crimen organizado que hay que enfrentar, que hay efectos colaterales de personas, a quien hay que ver”, fue el diagnóstico.
Esta tarea, en esa zona, la Mixteca baja, será una de las principales con la llegada del nuevo gobierno el 1 de agosto, cuya Secretaría de Seguridad Pública estará a cargo del experimentado almirante Marco Antonio Ortega.
También participará sin duda la Guardia Nacional lopezobradorista, por la gravedad.
Se tendrá que ir a fondo asimismo en las investigaciones y posible participación de autoridades municipales.
Pero la advertencia es afortunada y evidencia que a Barbosa Huerta no le temblará la mano.
“Al crimen organizado hay que enfrentarlo”, advirtió.
Ojalá, por el bien de todos.