Por: Guadalupe Juárez

En comparación con los últimos meses, en las calles del Centro Histórico se observan menos ambulantes en la 14 y 12 Poniente, así como en la 3 Norte, donde ahora en los espacios en cada entrada de un negocio establecido hay un automóvil estacionado en lugar de un exhibidor o de una lona extendida en el suelo para ofrecer algún producto.

Sin embargo, la 8 Poniente permanece invadida en ambas aceras y la competencia desleal es más evidente. Afuera de locales donde venden ropa, los ambulantes también lo hacen. Donde venden zapatos, los informales también los ofrecen. Los artículos escolares como mochilas y lapiceras son comercializadas en las banquetas frente a los comercios que exhiben lo mismo.

Dicha calle es la más complicada para un transeúnte, pues mientras las banquetas son ocupadas por los informales, la afluencia del transporte público hace complicado el cruce.

En la 10 y 12 Poniente la mayoría de los puestos en las aceras —en los que ya se observan espacios largos entre ellos y varias entradas de locales libres— ofrecen ropa, accesorios para celulares, cigarros sueltos y en la esquina pegada con la 5 de Mayo, los ambulantes que quedan ofrecen antojitos como chalupas, papas, tacos de canasta y también celulares.

Desde la 16 Poniente hasta la 4 Poniente en la 3 Norte —que ya se había convertido en un corredor de ambulantes en ambas aceras—, la disminución de los lugares ocupados por comerciantes informales se refleja en que por cada calle hay entre tres a cinco puestos entre los automóviles estacionados, cuando antes había hasta 15 sin que los vehículos pudieran circular o aparcarse en la zona.

Los productos comercializados a lo largo de esta calle son ropa, calzado, cajetillas de cigarros de marcas chinas, encendedores, cortaúñas, peines y antenas para televisión. En la calle es posible observar vendedores caminando entre los negocios, quienes ofrecen delantales para cocina, entre otras cosas.

A pesar de que la administración municipal presumió que la 5 de Mayo se encuentra libre, a la altura de la 10 y 8 Poniente un par de mujeres exhibe prendas de niño y artículos en un puesto improvisado, afuera de otro comercio de ropa.

A la altura de la 6 Oriente, otro vendedor de perfumes ocupa un espacio afuera de una zapatería del lado de la 5 de Mayo.

En La Calle de los Dulces —como es conocida— hay cerca de 12 informales, de los cuales sólo cinco ofrecen artesanías, el resto vende perfumes, relojes y bolsas de mano. En contraste, a inicios de este año en la zona no había más de seis ambulantes en el lugar.