Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
Miguel Barbosa dice que no le temblará la mano para limpiar el sistema de seguridad pública de Puebla y lo dice muy en serio. En los primeros días de su gobierno, en coordinación con su secretario de Seguridad Pública, el almirante Miguel Idelfonso Amezaga, tomará el control en la materia en Tehuacán, pero no con decretos, como en su momento lo hizo Tony Gali, sino que se nombrará un Mando de la Secretaría de la Marina al frente de la SSP municipal. Ese nuevo mando se encargará, primero, de limpiar la corporación y, segundo, resolver lo que el alcalde Felipe Patjane y sus jefes policiacos civiles no han podido o no han querido. El modelo que empujará el nuevo gobernador, con todo el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador, se repetirá en San Martín Texmelucan, las Cholulas y Puebla capital, donde aún se analiza la permanencia de Lourdes Rosales al frente de esa área. Al esquema, que obviamente cuenta con todo el respaldo del almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina, habrá que agregar la compra de por lo menos 100 patrullas, en el arranque de la nueva administración, para los municipios donde la inseguridad ya hizo crisis.
Este es el nuevo esquema, radical, a través de la Marina —el cuerpo en el que más confían tanto la gente como Barbosa—, que ha encontrado el próximo mandatario estatal para atender el grave problema de la inseguridad en el estado, en donde las cifras de los delitos comunes y de alto impacto han venido creciendo.
Solamente dos datos, como ejemplo: Puebla es actualmente el primer lugar nacional en robo de gas LP directo de ductos y también en hurto de pipas, y el cuarto en extracción ilegal de hidrocarburo, de acuerdo con las cifras de Petróleos Mexicanos (Pemex), al primer trimestre de 2019.
Este martes, el mandatario aún electo, a un día de su rendición de protesta, adelantó en su estilo de comunicación directa las premisas en materia de seguridad pública que asumirá.
En su cuenta de Twitter escribió: “El Gobernador en coordinación con los alcaldes y alcaldesas de la Entidad, asumiremos la solución del grave problema de la inseguridad pública y confrontaremos a la criminalidad”.
“Estado y municipios trabajarán coordinados en la adquisición de infraestructura, profesionalización e incremento de las policías, mejores tecnologías y estrategia común con la Guardia Nacional”, agregó.
Luis Miguel Barbosa Huerta también adelantó que habrá una limpieza profunda a los cuatro sistemas de los que dependen la seguridad y también el acceso a la justicia para los poblanos.
“También hay que fortalecer los sistemas de procuración y administración de justicia y sistema penitenciario.
“No me temblará la mano para limpiar los cuatro sistemas de los que depende la seguridad pública, erradicar la corrupción de ellos y confrontar a la delincuencia. Puebla tiene que recuperar la paz y la seguridad que merece”, adelantó.
La administración barbosista, como hemos venido adelantando, comenzará desde el primer día fuerte, muy fuerte, con acciones contundentes.
Revisión del pasado, una cruzada contra los resabios de corrupción, erradicación de vicios, emblemas y abusos, e intervención directa en los municipios más importantes del estado donde la inseguridad ya llegó a niveles insospechados, ahí donde la población es rehén de autoridades ineficientes y delincuentes impunes.
En la era del gobernador Barbosa, el hoy es también el ahora.
Tiene por delante cinco años, pero cada día cuenta mucho.
Esa se ve como una de las máximas del barbosismo.