República Restaurada
Por: Víctor Baca 

Ahora empieza un reto, un reto que trae consigo, tal vez lo que sea la última llamada para el estado.

Al situación no es buena, tendremos que decir que es mala muy mala. La falta de seguridad, de empleo, de certidumbre, de confianza. El exceso de violencia, pobreza, crímenes de todo tipo y corrupción. El anunciarlo y enunciarlo es definitivo, fundamental. No se puede empezar sino se dice la verdad y creo que esta está dicha.

“Cuenta la leyenda que un hombre cayó en un foso y desesperado, a gritos, pedía ayuda. Pasaron unos hombres con fama de sabios y vieron la dificultad y le dijeron, echaremos un hilo y nos avisas cuando llegue a tierra. Listo señores, ya llegó, pero es muy delgado ¿cómo me ayudarán? Pregunto angustiado. Los hombres tomaron el delgado lazo y vieron lo grave. Se miraron a los ojos y le anunciaron: buen hombre, estás a 17 metros de profundidad. Y continuaron su camino satisfechos. El hombre les grito: ayúdenme. No sean desalmados…”. Él no sabía aun que saber dónde se encontraba era el primer paso para buscar la solución…”

La política parte de la noción de  los males para buscar las soluciones, para buscar el bien común que no es sino ese bien que incluye a todos y obliga a que los frutos sean para todos.

Así empieza esta historia. Un pueblo sumido en los problemas, pero si no sabe cuáles y cuántos son, jamás podrá iniciar el proceso de alivios y soluciones. Hoy inicia el proceso de incorporar al estado a la cuarta transformación… tarde pero a tiempo.

Mucho daño se ha hecho sobre todo en los últimos 15 años, sin omitir que, en realidad la historia de Puebla ha tenido pocos momentos de bienestar. El resultado: el crecimiento de la brutal desigualdad económica, al grado que se forjo una nueva clase de ricos a costa del usufructo del erario. No son empresarios sino políticos y eso es irreversible. Los indicies educativos con resultados deplorables y una industria de escuelas que poco o nada contribuyen a la búsqueda de soluciones para la colectividad.

Las soluciones no son fáciles, el panorama no es alentador, pero con esfuerzo y sobre todo un programa de trabajo real y consciente de todos ello, no es imposible. Actuar es la fórmula. Los políticos no pueden olvidar que son la parte más noble y comprometida de cualquier comunidad y Puebla lo requiere.

Barbosa, como quiere le llamemos, ha puesto el dedo en la llaga y todos debemos sumarnos, cada quien desde su trinchera. Crítica y autocrítica que es lo que tanta falta nos hace, ha reclamado. Y creo que abre la oportunidad que estábamos esperando. De esa forma el cambio de régimen que anuncia puede ser y digo puede ser porque abre a la posibilidad. “Sin halcones ni palomas mensajeras del gobernador”, es la señal de arranque: separación de poderes.

La responsabilidad de la crítica está depositada en todos, pero sobre todo en los que creemos, confiamos y trabajamos por la Cuarta transformación y desde Puebla debemos ofrecer soluciones a ella. El reto es grande, porque lo que se juega, no solo a Puebla sino a todo el país: no es sino lo que nos es dado por los que ya la perdieron: la esperanza.

Si no actuamos ahora, si no sumamos fuerzas y talentos, habremos perdido, no en momento sino la historia. No la capacidad de buscar el bienestar sino lago más sustantivo: la esperanza. Hacer historia, hacer futuro, solo nos lleva al camino de recuperar la esperanza.