Por: Mario Galeana

Augusto Monterroso afirmaba que sólo existían tres temas: el amor, la muerte y las moscas. El poeta Miguel Maldonado acotaría que quizá exista un cuarto: las hormigas.

En Los Afanes Seis Hormigas (2019), su libro más reciente, Maldonado pone el ojo sobre la lupa y la lupa sobre las hormigas y a las hormigas sobre los hombres: entre aquellos insectos que “conocen las cuarteaduras del hogar, la guarida del ciempiés (…) la Falla de San Andrés” encuentra hábitos humanos y se pregunta, irremediablemente, qué envidiarán ellas de nosotros.

Deambulan las obreras buscando grillos bocarriba, sortean suelas, insecticidas y niños curiosos, y colman hasta lo posible a la hormiga reina, en una incesante travesía en la que acaso lo único que jamás se preguntan es por qué.

Y así, sea como objeto de observación, metáfora insectívora o elemento periférico de la historia, las coloradas recorren las páginas del libro como si hubiese migajas desperdigadas sobre el regazo del lector.

Los textos hacen un breve repaso por la literatura latinoamericana en torno a las hormigas y la imaginación que estas han despertado entre aquellos que se han detenido a mirar de cerca su lenta y cadenciosa marcha.

Los Afanes Seis Hormigas se presentó ayer en la librería Profética, con la presencia del autor y el poeta Pablo Piceno, los escritores Agustín Romero y María Fragoso, además del editor Raúl Picazo como moderador.

La obra fue publicada por el taller editorial Destrazas Ediciones y cumple una doble función: es al mismo tiempo un libro de artista y un libro artesanal.

Es un libro de artista porque los seis textos que lo componen fueron ilustrados por el pintor Roberto Rébora, quien realizó las imágenes para cada uno de los relatos.

De esta forma las hormigas de Maldonado dialogan con las moscas de Monterroso en Movimiento Perpetuo, y quizá la aparición de ambas sea −como afirma el poeta− “la primera lección sobre las cosas irremediables que nos habrán de venir. Son los ejercicios en los Heraldos negros. El primer cortejo fúnebre que conocemos, el luto inicial”.

Y es un libro artesanal porque fue impreso a la manera de Gutenberg, es decir, bajo el sistema de tipos móviles o de letras de metal. Por tanto, cada relato fue compuesto a mano letra por letra: un trabajo digno de la hormiga.