Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
En el abierto y obvio enfrentamiento que viven la BUAP y un sector de la administración estatal, poca es la claridad, demasiada la estridencia y se acumula mucha confusión, que no hace bien a una Puebla que vive polarizada, y en medio del encono, desde hace ya demasiados años.
Los días previos al informe que el rector Alfonso Esparza Ortiz rindió el viernes, surgieron nuevamente dudas por un supuesto desvío de recursos públicos en el marco de la venta ilegal del equipo de futbol Lobos BUAP, que se ha venido contaminando con interpretaciones frágiles sobre un pasado y una tendencia morenovallista en la máxima casa de estudios del estado, que no han sido tales.
Una bolsa de hielos en la cabeza, diría el ex gobernador Melquiades Morales, es lo que necesitan los actores, todos, en estos tiempos, cuando se debe hacer un llamado a la cordura.
¿A quién le beneficia que los espíritus del pasado anden ahora en los pasillos de la BUAP?
¿A quién conviene una maraña que, como ha probado la historia, ha convulsionado a la institución y fracturado a todos los poblanos, propios y extraños?
¿Quién gana y quién pierde con tanta estridencia?
Ver sólo una versión, despojarse del análisis serio en este caso o tomar un bando, es un lujo que nadie debiera darse.
Sería un exceso.
También, la apariencia de una persecución visceral, imprimirle tonos políticos al tema, terminaría por revivir los modos del morenovallismo que nadie quiere volver a ver en Puebla.
A los actores, los maduros y quienes tienen la autoridad moral en alto, les corresponde un llamado a la paz y al entendimiento, por el bien de Puebla.
Escudado en la autonomía de la máxima casa de estudios de Puebla, el rector Alfonso Esparza rindió el viernes cuentas ante la comunidad universitaria.
Hubo mucho que
presumir en la cita en el Complejo
Cultural Universitario (CCU), a la que asistieron más de tres mil 500
personas.
El acto fue sobrio y estrictamente institucional, como marcan los estatutos.
También fue un espacio para la argumentación de Esparza, en su defensa.
Vimos un adelanto.
El jueves, visto casi entre la espada y la pared, al rector no le quedó más que mirar hacia Palacio Nacional, al presidente Andrés Manuel López Obrador.
La BUAP, en tono institucional, publicó un desplegado en el que pide “justicia, igualdad e imparcialidad” a las autoridades poblanas, en el litigio que siguen contra Mario Mendívil, por la venta ilegal del equipo de futbol Lobos BUAP.
Rechazó “el uso interesado de información que atenta contra el prestigio universitario con el único fin de favorecer intereses personales, políticos y económicos”.
Y, entre otros puntos, exigió respeto “a los asuntos que han sido plenamente discutidos y sancionados en el pleno del Honorable Consejo Universitario”.
¿A quién realmente le conviene un escenario de polarización?
Son muchas preguntas.
No hay respuestas para todas.
Cabeza fría, cabeza fría, o todos van a salir lastimados, pero sobre todo Puebla.