Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
Conforme pasan los días, llegan las conjeturas y vienen los anuncios oficiales en torno al percance aéreo en el que murieron la gobernadora Martha Erika Alonso y el senador Rafael Moreno Valle; de hecho, una hipótesis del imaginario colectivo se dibuja ya como sentencia. En su conferencia mañanera de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió un informe que podría ser el final sobre el tema para el próximo 25 de octubre. En paralelo, una percepción popular de que se trató de un “sabotaje” —es decir: un atentado en toda regla— se alimenta con los adjetivos que desde el mismo gobierno federal han dado a este caso: “inusual” y “no convencional”. Han pasado casi nueve meses y para conocer la verdad oficial falta cada vez menos. Sin embargo, puede que no venga acompañada de la certeza histórica. Así suele ocurrir.
Ha pasado tiempo desde aquel fatídico 24 de diciembre, en que Puebla perdió la inocencia.
Todavía no hay un fallo definitivo sobre qué pasó al helicóptero Agusta A109, matrícula XABON, en el que perdió la vida el matrimonio Moreno Valle-Alonso y tres personas más.
Después de ocho conferencias de prensa, cinco comunicados, dos informes al Congreso y una comparecencia ante la comisión especial del Senado, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que investiga el caso, solamente una cosa ha dejado clara en su información: el incidente es sumamente raro.
En la mañanera de este martes, Carlos Morán Moguel, subsecretario de Transporte, reiteró que este “no es un accidente convencional, porque implicó también una volcadura del aparato”.
Ya en enero pasado, casi al principio de las indagatorias de los especialistas, su jefe, el titular de la SCT, Javier Jiménez Espriú, había adelantado que era un incidente “inusual”.
El imaginario colectivo y sus juicios, algunos que caminan sobre la lógica y otros que van desbocados a la fantasía, se nutren del tiempo transcurrido y de las conjeturas.
Hemos visto encabezados irresponsables, como el que jugó con la hora de la muerte de la gobernadora y el ex mandatario.
Todo, explicable por la mala lectura sobre un error en las actas de defunción.
Se ha querido por momentos tomar el tema como estandarte partidista.
Los deudos viven su propia y penosa travesía a la resignación.
La comisión del Senado de la República no ha aportado nada.
El informe final está ya cerca, anunció el Presidente.
Para el dirigente del PAN, Marko Cortés, dicho informe de la SCT sólo es atole con el dedo.
Los detalles de la investigación ya son y serán en el documento concluyente una maraña de tecnicismos.
Eso sí: extraña, y mucho, el silencio de los familiares de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso, así como de sus otrora cercanos colaboradores.
Sea lo que sea, diga lo que diga el anunciado reporte final del 25 de octubre próximo, en este caso no habría que olvidar que la verdad no es lo mismo que la verosimilitud.
Pero que la primera de nada sirve sin la segunda.
Ya falta menos.
Y esa parece ser la única certeza ante el misterioso helicopterazo de diciembre de 2018, cuando la historia de Puebla dio un vuelco de 180 grados.