Por: Mario Galeana
Confusión. El hecho se registró el miércoles 30 de octubre, cuando trascendió que en las primeras horas del día el ex funcionario había sido levantado por un comando armado en su natal Zacatlán.
Sesenta y dos horas después de haber sido privado de la libertad por un grupo de hombres armados, Juan Carlos Lastiri Quirós volvió a casa ileso. Esta es la única certeza que se tiene sobre la desaparición de quien fuera uno de los políticos más cercanos a Rosario Robles. Porque nadie —ni aquellos que forman parte de su círculo inmediato— sabe qué fue lo que ocurrió con él.
El ex diputado federal Víctor Manuel Giorgana Jiménez fue el primero en confirmar que Lastiri había vuelto a casa, pero hasta ahora desconoce qué fue lo que le ocurrió al ex subsecretario federal a lo largo de casi tres días.
Giorgana habló con él por teléfono la mañana del sábado. Fue una charla muy breve en la que se prometieron reunirse a lo largo de la semana para platicar sobre el suceso.
—Me manifestó estar en buenas condiciones de salud y quedamos de encontrarnos en el transcurso de esta semana. No entramos en detalles y por ahora no podría decir nada más —explicó en entrevista con 24 Horas Puebla.
Entre el resto de los políticos más cercanos a él hay un hermetismo justificado por el rotundo desconocimiento de su paradero a lo largo de las 62 horas.
—Lo único que sé es que fue una experiencia muy dura y que él agradece toda la solidaridad de los buenos amigos que se preocuparon con él —afirma uno de sus conocidos, que declara a este diario sólo bajo el anonimato.
—¿Qué fue lo que ocurrió? No lo sé. Hay muchas preguntas todavía. Fue absolutamente rarísimo —afirma otra ex priista que formó parte de la estructura del ex subsecretario en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y la Secretaría de Desarrollo Social en los tiempos de Robles y del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Unas 12 horas después de que se confirmara su localización, Lastiri escribió un breve mensaje en su cuenta oficial de Twitter que acaso sólo alimentó los rumores.
“Agradezco el apoyo del Gobierno Federal y del Gobierno del Estado de Puebla. Ya estoy en casa gracias a Dios, aprecio todas sus atenciones”, posteó la tarde del sábado.
Quizá para entonces ya había sido notificado sobre el quilombo de versiones que motivó su desaparición. Primero se creyó que había sido secuestrado. Más tarde, el gobernador Miguel Barbosa Huerta afirmó que había sido detenido por su presunta vinculación en La Estafa Maestra —el conocido esquema de desvío de recursos ejecutado en el gobierno de Peña Nieto— y había ingresado al Reclusorio Oriente, en Ciudad de México.
En el barullo de versiones, hubo quienes aseguraron incluso que la orden de aprehensión había sido girada por el juez José de Jesús Delgadillo Padierna, quien encabeza el juicio contra Robles por La Estafa Maestra.
Había señales de que esto podía ser cierto. Lastiri fue subsecretario federal durante el paso de Robles por la Sedatu y la Sedesol, y no en vano se le señala como uno de los políticos más cercanos a ella.
De acuerdo con Animal Político, Lastiri firmó un convenio en 2013 con la Universi- dad Autónoma del Estado de México por 335 millones de pesos para supuestos servicios. No obstante, la Auditoría Superior de la Fede- ración (ASF) revisó dicho convenio y, por las irregularidades detectadas y la presunción de un posible delito, interpuso una denuncia ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en 2015.
La cercanía entre Lastiri y Robles es sólo equiparable a la relación que ésta posee con Emilio Zebadúa, su oficial mayor en la Sedesol y la Sedatu.
Entonces la versión de su aprehensión parecía lógica. Hasta que dejó de parecerlo cuando la Fiscalía General de la República (FGR) y el sistema penitenciario de la capital negaron la reclusión de cualquier individuo de apellidos Lastiri Quirós. Y fue así como su desaparición volvió al punto de partida: al presunto secuestro.
La familia del ex subsecretario dijo a algunos medios de comunicación que no habían recibido ningún mensaje en el que se les solicitara el pago de un rescate.
Hasta que, sesenta y dos horas después de ser privado de la libertad por un grupo de hombres armados, Juan Carlos Lastiri Quirós volvió a casa ileso. Y esa —sí— es la única certeza.