Por: Notimex
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Falta de preparación académica de médicos y poca eficiencia en los hospitales autorizados han influido en la baja tasa de trasplantes de riñón en México, de acuerdo con el especialista Rubén Argüero Sánchez.
El cirujano cadiotorácico destacó que a pesar de contar con 265 centros autorizados la tasa actual en México de esos procedimientos es de 7.5, con lo que se ubica en uno de los países con menor producción.
En tanto Estados Unidos, con 237 centros autorizados, tiene una tasa de 47.6, y España, que a diferencia de México inició un año más tarde (1989) el programa de donación, con 40 centros, tiene una tasa de 65.1, la más alta.
“Falta una interacción entre profesionales de la salud, entre las instituciones y las acciones de donación. Hay que reorientar, construir un análisis crítico de lo que estamos haciendo para mejorar resultados y alcanzar un corte de nivel internacional”, indicó el también acádemico de la UNAM.
Argüero Sánchez, primer médico en practicar un trasplante de corazón en México, destacó que la lista de espera en este país para un trasplante de riñón a partir de un donante cadavérico pasó de cuatro mil 493 casos en 2017 a 15 mil 448 en 2018 debido a que no se ha hecho suficiente difusión sobre esa modalidad.
En ese sentido subrayó que “lo ideal no es hacer un trasplante de donador vivo relacionado, mutilar una gente para hacer un trasplante no es ideal”.
Lo ideal, desde su perspectiva, es invertir en terapia intensiva para generar donadores potenciales y mejorar la figura del coordinador ya que “carecen de autoridad académica en diferentes hospitales.
“No hemos preparado a la gente, ni le hemos pagado para que haga un buen papel como coordinador. Las autoridades no se han preocupado porque todos los hospitales tengan terapia intensiva, lo que permitiría preservar los órganos”.
El profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también comparó que mientras en este país se practican 7.2 por ciento de trasplantes de riñón a partir de fallecidos, en Uruguay ese porcentaje es de 36.5, en Brasil de 22.9, en Argentina de 20.9 y en Colombia de 16.