Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo
Para nadie es un secreto que este año es clave para la 4T en el aspecto de hasta dónde va a llegar este movimiento que nació en 2015 de la mano de Andrés Manuel López Obrador y que en muy poco tiempo consiguió la Presidencia de la república.
Y digo que es 2020 y no 2021 el clave, porque precisamente en el año que recién inicia es cuando Morena buscará instaurar, a través de una serie de medidas, la continuidad de este partido en el poder.
2020 es clave para Morena porque arranca el calendario electoral que desembocará en el proceso de 2021, cuando habrán de renovarse 15 gubernaturas y también una buena parte de Congresos locales, así como la Cámara de Diputados, vital para el presidente López Obrador.
La clave está en la reforma electoral que se plantea llevar a cabo por parte de Morena a nivel nacional y donde se medirá el tamaño de la oposición y sus alcances, porque está de más decir que el partido del Presidente de la república buscará una ley a modo.
Otro punto clave es la renovación de los integrantes del Consejo General del INE, ante la salida de cuatro de estos, quienes dejan ya su posición y eran pieza importante para frenar los intentos de Morena por apoderarse de este organismo.
Los consejeros que dejan el INE son: Marco Baños, Pamela San Martín Ríos, Benito Nacif Hernández y Enrique Andrade González. Morena, por supuesto, buscará ocupar estas vacantes con gente afín a sus intereses y esto será clave rumbo a 2021 porque será este órgano el que se encargue de coordinar las elecciones en 30 de los 32 estados donde se habrá que acudir a las urnas.
De estas 30 elecciones, en 15 estados, como ya lo mencioné, se renovará el Poder Ejecutivo local, lo que le da aún más notabilidad al relevo de estos cuatro lugares que quedarán vacantes, luego de la salida de Baños, Sanmartín, Nacif y Andrade del órgano central del INE.
Cierto, las elecciones son en 2021, pero el juego arranca precisamente en este año y las reglas de la elección son la clave para poder vislumbrar lo que se avecina.
Si la oposición no da una batalla dura en la arena legislativa y a la par dentro del órgano central del INE, entrará a 2021 en una muy clara desventaja frente al partido en el poder, el cual además tiene en sus manos el gobierno federal y los programas sociales, como en los viejos tiempos del PRI.
Con todo este andamiaje a favor de la 4T y con la popularidad del Presidente, la cual sigue siendo muy favorable, difícilmente sus opositores podrán dar la pelea para 2021.
De hecho, de acuerdo con diversos sondeos de opinión, a casi un año y medio de que se lleven a cabo las elecciones en estas 15 entidades, Morena, tendría ganadas 12 gubernaturas, aunque perdería la joya de la corona, Nuevo León.
La clave electoral está también en mantener la mayoría en la Cámara de Diputados y ahí juegan un valioso papel los aliados del Presidente, el Partido del Trabajo, el Verde y por supuesto las Redes Sociales Progresistas, de la maestra Elba Esther Gordillo, quienes le darán los suficientes escaños para mantener el control en San Lázaro.
El 2020 es, pues, un año clave para el proyecto lopezobradorista, el cual arrastra el desgaste de ya ser gobierno, pero principalmente de las malas administraciones emanadas de este instituto político, las cuales han quedado a deber, aunque aún mantienen la confianza ciudadana debido a la figura del presidente López Obrador.
La reforma electoral, por la cual pugna Morena, es la antesala para que este partido se pueda perpetuar en el poder.
A través de diversas reformas electorales, el PRI comenzó a perder el poder hasta que en el año de 1997, por primera vez, dejó de tener la mayoría en la Cámara de Diputados y en 2000 cedió la Presidencia de la república.
Nuevas reformas electorales le abrieron paso a Morena para la creación de su partido político y posteriormente su ascenso al poder. Hoy ellos saben que hay que cerrar esas llaves para poder mantener el poder.