El martes Puebla se metió en El Túnel del Tiempo, aquella serie de los años 70 que recorría la historia de la humanidad y que era furor al igual que Tierra de Gigantes y el Planeta de los Simios.
Más de cinco mil estudiantes poblanos de diversas escuelas de la BUAP tomaron las calles en reclamo de algo que todos los poblanos pedimos: justicia, luego del asesinato de cuatro personas, tres de ellos estudiantes de Medicina de la BUAP y de la UPAEP, dos de las escuelas de mayor prestigio en la entidad.
La movilización de los estudiantes poblanos en reclamo de justicia espero sea el inicio de la recuperación de una consciencia colectiva que se durmió durante varios años y que la administración barbosista despertó “sin querer, queriendo” y por el bien de Puebla.
Ver a más de cinco mil almas clamando justicia para sus compañeros va más allá de aquellas mentes flopistas, que quieren quedar bien con el poder en turno y satanizan de manera velada la movilización que sin duda marcará un antes y un después en Puebla.
La máxima casa de estudios estatal y su rector, Alfonso Esparza Ortiz, sin duda están acordes al momento histórico que les tocó vivir y han respondido de la manera como se esperaba, ni más, ni menos, han sido lo que de ellos se podía ver.
Puebla entró en una espiral de cambio, rompió con el marasmo de varios años en los que durmió, no por nada el inolvidable Manuel Buendía Tellezgirón bautizó a la ciudad como la Belfast de América, comparando a la Angelópolis con las luchas religiosas que sufrió la ciudad irlandesa en los años 70 y 80.
Ojalá este movimiento de conciencias colectivas no claudique ahí, ojalá derive en un verdadero cambio de paradigma social, donde los estudiantes recobren su consciencia social, algo demasiado elevado para los administradores de reputaciones que no alcanzan a entender el tema.
Esperemos que la primavera poblana se extienda y no renuncie a su conciencia de clase, recién despierta, por eso era tan peligroso regresar al pasado, pero sin duda hay quienes quieren volver a esos tiempos y aquí si cabe la expresión de “avientan la piedra y esconden la mano”.
Lo ocurrido el martes es el mejor ejemplo del despertar de Puebla, de uno de sus sectores, el mejor de lo que tenemos, el de los jóvenes. Mi generación nunca tuvo las agallas para hacer lo que ellos hicieron, mis respetos.
Todo parece indicar que la conciencia de la ciudad de los ángeles despertó, se durmió durante muchos años y hoy está de vuelta y ojalá sea para bien, eso sí, hay que reconocerles a los gobiernos de la 4T, no todo ha sido en vano.
La BUAP está de vuelta y eso sin duda será benéfico para Puebla, ¿Es una primavera poblana? Eso sólo el tiempo lo dirá.
LAS PRECISIONES DE LALO
El martes, el ex presidente municipal de Puebla Eduardo Rivera Pérez tuvo a bien comunicarse con quien esto escribe para hacer algunas precisiones respecto a lo escrito en este espacio.
El ex alcalde capitalino puntualizó que no existe ningún acuerdo con el gobernador Barbosa e incluso negó que haya existido un abrazo con el mandatario estatal en la presentación de ContraRéplica como lo señalé.
Rivera negó cualquier acuerdo con Barbosa previó a la elección de 2018 y aseguró que es respetuoso de la figura del gobernador, pero jamás será un personaje “dócil” como lo señalé en este mismo espacio.
Aceptó que tiene una relación “buena” tanto con el gobernador como con el secretario de Gobernación, David Méndez Márquez, pero una y otra vez negó que exista un acuerdo.
Estás servido Lalo, y el tiempo dirá quién tiene la razón. Un abrazo.