Los crudos estragos provocados por el coronavirus empezaron a azotar a México, pero en especial a los poblanos. Por desgracia, el latente peligro del contagio viene acompañado de otro mal igual o mayor.

La pérdida de empleos o la reducción de los salarios, que fluctúa entre 20% y 50%, son las crudas realidades que enfrenta la clase trabajadora.

El azote menos doloroso es conservar el empleo con la reducción de salario. La mayoría de los poblanos somos pobres. Vivimos al día. Sólo contamos con el ingreso producto de nuestros empleos.

El panorama luce sombrío para la mayoría de los más de cinco millones de poblanos, ya que los despidos empezaron en todos los sectores.

La pobreza aumentará entre los poblanos. No hay escapatoria. Urgen los apoyos antes de que el pánico se apodere de la ciudadanía.

Los empresarios argumentan que el cierre de factorías los quebrarán −nada más falso−; sin embargo, los años de explotación y ganancias aseguran por lo menos dos o tres generaciones sin problemas.

La crisis para ellos es no viajar al extranjero. Y en Puebla se lamentan no poder comer ni beber en los mejores restaurantes. A eso le llaman “castigo”.

Los empleados con salarios mínimos son los verdaderos afectados por la pandemia del Covid-19. Sin el ingreso, o con 50% menos, no sobrevive ni un mago.

Los medios de comunicación no escapan a la difícil situación y. por supuesto, los reporteros son los paganos de la crisis. A la mayoría les redujeron salarios. Los despidos empezaron en algunas redacciones.

Las principales fuentes de ingresos de los medios locales, como gobierno del estado y la BUAP, cerraron la llave. Alrededor de 50 personas que laboraban en el helipuerto acaban de ser despedidas. La reubicación sería apenas lo justo.

Salvo los medios aduladores del gobierno estatal, los restantes sobreviven con sus propios recursos. Sin estrategia de comunicación, la imagen gubernamental se deteriora cada día más.

La preocupación, sobre todo la molestia, por el nulo trabajo del gabinete estatal, urge a tomar medidas. La labor para enderezar el barco es complicada. El oleaje está en contra y será necesario un motor poderoso para enderezarlo.

REPORTE DEL INFORMANTE

En bandeja de plata. La invitación al PAN para recuperar parte del poder en Puebla no será desaprovechada. El trabajo de unión en sus filas ha empezado. No dejarán escapar la oportunidad.

Además de las encuestas externas, efectuaron sus propias cuentas y los números les favorecen tres a uno. El marcador semejante a un juego de futbol es contundente.

El arduo trabajo de unificación para evitar rupturas y que el partido blanquiazul llegue unificado arrancó con buenos augurios.

Los responsables tienen liderazgo y saben lo que hacen. Otro flanco que trabajarán en lo inmediato será el de las alianzas.

Sumar otros partidos los fortalecerá más. Lo saben y harán lo posible o lo imposible para sumar. El PAN quiere recuperar el poder. Los dados del cubilete parecen cargados.

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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