México no es la súper potencia petrolera que el gobierno nos describía (por lo menos hasta el affaire con la OPEP Plus) ni ser la “raza de bronce” nos hizo privilegiados para lidiar con el Covid-19. Si bien el numerito de los “otros datos” le ha alcanzado a la 4T, hasta el momento, para engañar a sectores amplios de la población mexicana, la realidad (¡tan metiche y fifí que es!) se niega a adaptarse. Comencemos a contar:
ECONOMÍA
Uno. La revolución tecnológica de las últimas décadas permitió la exploración de los yacimientos de lutitas. Con el fracking los Estados Unidos se convirtió, con datos a 2018, en el mayor productor de petróleo en el mundo (además de poseer las mayores reservas) con cerca del 16% de la producción total; le siguen Saudí Arabia (13%), Rusia (12%), Canadá (5%), Irán (5%), Irak (5%), Emiratos Árabes (4%) y China (4%). México es el lugar 12 con el 2.2 %.
Dos. A raíz del brote del coronavirus y la caída en la demanda de insumos, los países de la OPEP acordaron recortar 1.3 millones de barriles diarios (mbd) para equilibrar oferta y demanda, llegando a recortar 1.7 mbd. Sin embargo, el 8 de marzo el pacto se rompió por las diferencias entre saudís y rusos, lo que desplomó el precio del petróleo y desestabilizó los mercados financieros.
Tres. Para recuperar la estabilidad, y después de muchas negociaciones entre saudís, rusos estadounidenses, se convocó a una reunión extraordinaria de los países miembros de la OPEP y otros países productores de petróleo (OPEP Plus), para acordar un recorte proporcional, incluyendo a México.
Cuatro. Ingenua, la titular de Sener, Rocío Nahle, intentó chamaquear a la OPEP, presentando una plataforma de producción gansito de casi 1.9 mbd y la propuesta de reducirla a cerca de 1.7 mbd. Desafortunadamente para ella (y para el país, máxime después del osazo de López Gatell que abordaré después), los analistas de la OPEP son de los más especializados en el mundo y tenían claro que la producción de Pemex es de 1.7 mbd y la exhibieron en la maroma.
Cinco. Paradójicamente, el recorte beneficiaba a México, pues al país le cuesta producir un barril algo así como 14 dólares promedio. Un escenario de guerra de precios como el actual puede llevar el precio de la mezcla mexicana a niveles inferiores al precio promedio de producción mexicano, como efectivamente sucedió del 26 de marzo al 1 de abril de este año.
Seis. Después de tener en ascuas al mundo, rechazar el recorte de 400 mil mbd que pedía la OPEP y ofrecer hacerlo por 100 mil, ¡Donald Trump entró al rescate y ofreció retener 250 mil mbd estadounidenses a nombre de México! Al final, en pleno domingo de Pascua, terminó la reunión de la OPEP Plus con el acuerdo de recortar 9.7 millones de barriles por día en lugar de los 10 originalmente planteados; la diferencia con los 300 mil que México se negó a recortar.
Siete. ¿Enemistarnos así de abiertamente con los países productores de petróleo y exhibir abiertamente la dependencia de México a los Estados Unidos tendrá consecuencias en el mediano y largo plazo?
POLÍTICA
¡Ocho! Tengo claro que a la 4T no le gusta la ciencia o la investigación. Casos como el trato al Conacyt, las universidades públicas o las declaraciones del propio Presidente, lo dejan claro. Lo mismo pasa con el manejo de la información, pues han sido muy laxos para dejar pasar imprecisiones e inconsistencias. Sin embargo, nada de esto nos preparó para la facilidad con la que, después de que el Presidente dijera en su mini informe del 5 de abril que “México es, después de la India, el país con menos infectados por coronavirus”, el subsecretario López Gatell nos saliera con la gracia de que todos los datos que habían dado (incluidos los usados por el Presidente) no eran definitivos, sino una muestra estadística y que, para acercarnos al dato real, habría que multiplicar todo por ocho.
Más allá de la reacción natural de enojo de gente que se sintió engañada en cuanto a su salud, hay una dimensión económica que ni Nahle ni López Gatell consideraron, pese a que estamos entrando a una crisis económica que puede ser de gran calado: la desinformación causa desconfianza y la desconfianza es enemiga del desarrollo económico. La crisis de confianza generada por la 4T nos costó en 2019 menos 4% de la Inversión Fija Bruta y explica, en gran medida, que la economía cayera en ese año -0.1%. Después de que Nahle quisiera chamaquear a la OPEP y López Gatell a la ciudadanía, ¿qué tanta desconfianza vamos a generar en 2020 y cuánto nos va a costar?
OTROS PECADILLOS
Y gracias al Covid-19 nos venimos a enterar que nuestra vocación futbolística en Puebla no es ni la escuela de lapuentísta ni lavolpista, ni el catenaccio a la italiana o el futbol total a lo holandés; lo de mi Club Puebla… ¡es el FIFA 20!