Algo que cambie las cosas”. Millones de pláticas han terminado con esas palabras. Sin embargo, han sido muy pocas las generaciones que, a lo largo de la historia, han atestiguado el proverbial “golpe en la mesa” que cambia vidas en todo el mundo. Con el Covid-19, se puede decir que nos tocó a nosotros.
La última vez que se vivió un fenómeno similar fue en 1918 con la “gripe española” y sus 50 millones de muertes. Dado lo convulso de la época (fin de la Primera Guerra Mundial, crisis del 29, surgimiento del fascismo y consolidación del comunismo, recomposición europea, consolidación de los Estados Unidos como potencia y prefiguración de la Segunda Guerra Mundial), buena parte de sus efectos sociales y económicos se mimetizaron con el resto de los sucesos.
Hoy, a 60 días de que se detectó el primer caso de Covid-19 en Puebla, vale la pena retomar la naturaleza global de la pandemia y, aunque sea de manera necesariamente incompleta y subjetiva, reflexionar sus efectos.
ECONOMÍA
En la actualidad, y a diferencia de lo que sucediera en 1918 con la “gripe española”, la pacificación e integración de Europa, la ausencia de conflictos ideológicos que o militares inminentes, la integración de Asia al libre comercio y la regularización en las relaciones internacionales, se dimensiona mejor las repercusiones económicas de la pandemia como las de su estrategia de contención (frenar a la planta productiva de todo el mundo y aislamiento preventivo).
En el caso de la economía, tanto el Banco Mundial (WB, por sus siglas en inglés) como el Fondo Monetario Internacional (IMF, por sus siglas en inglés) estiman que, en este 2020, el PIB a escala global caiga -3%. El dato, más allá del exabrupto local de la supuesta irrelevancia del crecimiento, no es algo menor y menos por su impacto en la pobreza a nivel mundial.
De acuerdo con las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés), una caída de -3% en el PIB mundial, significa que entre 5.3 millones y 13 millones de personas se queden sin empleo; que se pierdan de 860 mil millones a mil 720 miles de millones de dólares; y, quizá el resultado más doloroso, se arrojen a la pobreza entre 20 y 35 millones de personas a nivel mundial. ¿No que el crecimiento no importaba?
¿Y México? Pues gracias a la errática conducción económica del país desde 2019, cayendo entre dos y tres veces más que el resto del mundo (PIB 2020 entre -6% y -9%, con perspectiva de aumentar).
POLÍTICA
En términos de relaciones sociales y políticas, llama la atención cómo fenómenos adversos previos a la pandemia, se han recrudecido con ésta. Uno, sin duda, es la radicalización de buena parte de los hombres fuertes de las “democracias iliberales”, entendidas como aquellos regímenes donde sus actuales líderes accedieron al poder por medios democráticos-liberales pero que, ya en el ejercicio de ese mismo poder, arremeten contra las instituciones y valores liberales y democráticos (división de poderes, Estado de Derecho, libertad de prensa o expresión, así como los derechos humanos, por citar algunos).
Parece que la “verdad” o, por lo menos, la confiabilidad de la información oficial es uno más de esos objetivos. Ya sea Trump, en Norteamérica; Bolsonaro, en Brasil; Orbán, en Hungría; o López Obrador, en México, se observa cómo lo que comenzó como recursos demagógicos transmutaron en fake news, y hoy son flagrantes mentiras lanzadas impunemente desde el gobierno. Hay que tener cuidado porque, más allá del efecto económico negativo de la desconfianza en la inversión y el crecimiento de la economía, la combinación del nerviosismo que genera la pandemia y la intención de confundir de quien debería dar certidumbre y rumbo puede ser tóxica para una sociedad que busque mantener derechos plenos.
Finalmente, y más focalizado a la realidad mexicana, la increíble falta de empatía del gobierno, tanto federal como de algunas entidades federativas, con las mujeres por el incremento en la incidencia de casos de violencia contra ellas a raíz de la “sana distancia”. Las marchas de marzo 2020 (se realizaron de forma paralela en diferentes ciudades del país) y el día de ausencia laboral, forzaron a todo el país a ver la violencia que cotidianamente se ejerce contra las mujeres y que se reconozca como tal. Al parecer, y a pocos meses de distancia, todo eso le pasó de noche a buena parte de la 4T. ¡Y eso que en febrero les costó el control de la narrativa mañanera, que siguen sin poder recuperar del todo!
OTROS PECADILLOS
El presidente Andrés Manuel López Obrador informó, vía video, que presentará el Plan de Reapertura de la Actividad Productiva. Me llaman la atención dos cosas:
1. Lo efectiva que fue la presión gringa para cuando reinicien su actividad industrial, Covid-19 o no, tengan insumos suficientes y constantes Made in Mexico;
2. ¡El trabajo que le costó al Presidente utilizar las hojitas que le dieron para su explicación! Es claro que a la 4T le gusta la austeridad en cosas irrelevantes pero simbólicas, y por eso no hubo pantalla, ¡pero mínimo un rotafolio!
Entiendo que el Presidente les quiera volver a bajar el sueldo y dejarlos sin aguinaldo, pero tampoco se manchen con él…