Una alergia física es una reacción desencadenada por el frío, la luz solar, o por estímulos que provoquen sudoración como el ejercicio, heridas pequeñas como los rasguños, o por un golpe.

Se considera que el estímulo físico modifica una proteína presente en la piel y el sistema inmunitario la confunde con una sustancia extraña y la ataca. Por ejemplo, la luz ultravioleta modifica las proteínas de la piel, por lo que el organismo las identifica como extrañas y de inmediato actúa como agente protector.

En algunas ocasiones, la fotosensibilidad se desencadena por el uso de fármacos como es el caso de los antibióticos, también de algunos cosméticos, como las cremas, las lociones y los aceites para la piel, de acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General.

Los síntomas más frecuentes incluyen comezón intensa, manchas en la piel, ronchas e hinchazón del tejido subcutáneo, además tienden a aparecer pocos minutos después de la exposición al estímulo físico desencadenante.

Las personas que se exponen a una fuente de calor o emprenden una actividad que produce sudoración, de inmediato comienzan a aparecer pequeñas ronchas, que causan mucha comezón, rodeadas por un halo de piel enrojecida; esta afección se denominada urticaria colinérgica.

Pero cuando se exponen a bajas temperaturas, puede aparecer asma, goteo o congestión nasal y angioedema. En algunas ocasiones, se observa una reacción anafiláctica generalizada.

El diagnóstico se basa en los síntomas y en las circunstancias. Para diagnosticar las reacciones causadas por el frío, se coloca un cubo de hielo sobre la piel durante un par de minutos, luego, se retira y se espera a que aparezca una roncha.

También es aconsejable no usar cosméticos ni cremas, lociones o aceites para la piel durante algún tiempo hasta que se pueda determinar si alguna de estas sustancias empeora la alergia.

El mejor tratamiento consiste en evitar el estímulo que las causa, es decir, si se tiene sensibilidad a la luz solar, se debe utilizar un protector y evitar la exposición a la luz ultravioleta como sea posible. Los médicos también pueden recetar un antihistamínico que suele aliviar las ganas de rascarse.

Con información de Agencia Notimex.

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